Anoche tuvo lugar la 59ª edición de los Premios Grammy. Una noche dedicada a la música, en la que dos estrellas británicas brillaron especialmente: Adele y David Bowie. La artista hizo pleno y se llevó las 5 estatuillas a las que estaba nominada (Grabación del año, por Hello; Álbum del año, por 25; Canción del año, por Hello; Mejor Actuación Solista Pop, por Hello, y Mejor Disco de Pop, por 25). Por su parte, el rockero fallecido el pasado año, Bowie, también fue premiado con 5 gramófonos, entre los que destacan: el Premio a la Mejor Canción Rock y el Premio a la Mejor Actuación de Rock, por Blackstar.
Otra de las cantantes más nominada de la noche fue Beyoncé, que se llevó el Premio al Mejor Vídeo Musical, por Formation, y el Premio al Mejor Disco Urbano Contemporáneo, por Lemonade. Además, el rapero Chance the Rapper fue galardonado por Mejor Nuevo Artista, Mejor Actuación Rap y Mejor Disco de Rap.
Pero, lo más mágico de la noche, para los amantes de la música, no fueron los premios, sino las impresionantes actuaciones que se realizaron sobre el escenario del Staples Center de los Ángeles, en California. Adele fue la encargada de abrir boca con su actuación de Hello. Posteriormente, actuaron The Weeknd junto con Daft Punk, seguidos de Ed Sheeran que interpretó el tema Shape of You, enamorando al público.
Uno de los momentos más comentados de la gala llegó cuando Beyoncé, vestida como una “diosa de la fertilidad”, interpretó, por primera vez desde que anunciara su embarazo, Love Drought y Sandcastles.
Tras Beyoncé, una gran puesta en escena acompañaba a Katy Perry en la presentación de su nuevo sencillo Chained to the Rhythm. Y, tras Maren Morris y Alicia Keys, Metallica y Lady Gaga revolucionaron la ceremonia con el tema Moth into Flame. Otras de las actuaciones más espectaculares de la noche fueron los homenajes. Concretamente el de Demi Lovato a los Bee Gees, el de Adele a George Michael, y el de Bruno Mars a Prince.