El síndrome de Stendhal es la respuesta exuberante del cuerpo en presencia de algo tan bello que produce el colapso de emociones. Normalmente, esta sensación se produce al descubrir ciudades y paisajes de extrema belleza, pero también se da, por supuesto, ante el arte. Cuando en la representación artística se pone intención y corazón, cuando el arte es protagonista en forma y fondo, cuando se hacen las cosas bien, entonces se despierta la emoción. Una emoción que, además, si comulga con la risa alcanza el culmen. Reír y sentir, dos de los grandes placeres del ser humano y también las claves principales de la obra ‘Histeria del arte’.
La Sala Roja de los Teatros del Canal de Madrid acoge del 5 al 7 de febrero de 2021 esta obra que en forma de musical y comedia hace un repaso por el arte y los medios de comunicación, dejando ver la fuerte impronta de la cultura pop en ello. Desde repasar el génesis de los musicales hasta parodiar un casting, recrear una entrevista radiofónica a un mimo o un programa de televisión donde entrevistar a vecinos de famosos y hacer números musicales inspirados en la pandemia. Todo eso acontece en la hora y media que dura la función, y todo ello compuesto a su vez de magníficas actuaciones, canciones y golpes de humor que quedarán traducidos a innumerables intervenciones del respetable en forma de carcajada o aplauso.
Sin duda, lo que vertebra esta obra y consigue elevarla a la cima de la emoción es la fuerte presencia de la música en ella. La interpretación coral de Pepa Lucas, Verónica Ronda, Ángel Saavedra y Hugo Ruíz bajo la dirección musical de Gaby Goldman dejará al espectador boquiabierto por el registro vocal que demuestran y la maravillosa ejecución coreográfica que demuestran en cada uno de los números que componen la obra. Entre ellos podemos encontrar un mushup de los grandes temas de los musicales más famosos de todos los tiempos, unos monjes amantes de canciones de verbena tales como aquellas de Raffaella Carrá y Camela o una increíble versión de ‘La gata bajo la lluvia’ y ‘Bad Romance’. Cada uno de ellos es especial, cada uno de ellos es emocionante, cada uno de ellos es brillante.
La amalgama de recursos que componen ‘Histeria del arte’, lejos de resultar un refrito de conceptos pop, es una conjunción armoniosa que forma un equipo inmejorable junto con la comedia y el musical. Una obra profesional, divertida y fresca que evidencia que la risa no es sinónimo de falta de seriedad, sino que se muestra aquí como el mecanismo de ejecución perfecto para aterrizar directo en el corazón del espectador. El teatro, como manifestación artística que es, demuestra con esta representación que también es portador de belleza, y que cuando el arte confabula para eclipsar todas las dimensiones del espacio, no queda más que rendirse a la emoción y disfrutar.