Clásico, elegante y exclusivo son las palabras que mejor definen a esta promesa de la moda. Detrás de Ze García se encuentra su dueño, fundador y actual diseñador, José María García González. Tras trabajar para firmas como Desigual, Escada o Emporio Armani, decidió iniciar el proyecto Ze García.
La empresa de vestidos de fiesta, y también de novia, se fundó en 2013. Cinco años más tarde, la marca está trasladando su sede en Barcelona , donde se encuentra el taller, oficinas, tienda y atelier, a un nuevo establecimiento situado en el número 13 de la calle Josep Bertrand, en el barrio de Sant Gervasi de la capital catalana.
Una de las claves del éxito de Ze García es el trato a cada clienta de manera personalizada, al estilo de los grandes diseñadores de principios del siglo XX. A través de este modus operandi más artesanal y exclusivo intentan conseguir que el elogio no sea para la prenda confeccionada sino para su dueña, no se trata de que te digan “qué vestido tan bonito” sino “qué guapa y qué bien te sienta”.
Sin duda, uno de los momentazos de la marca ha sido en la 080 Fashion Week de este año. En la pasarela contó con más de 10 millones de seguidores, ya que desfilaron las influencers más potentes del país. María Pombo, Dulceida y Laura Escanes fueron algunas de las muñecas de carne y hueso que hicieron realidad uno de los sueños del diseñador.
Cuando se le pregunta a José María por el éxito del desfile confiesa que en cierta parte el sonido mediático iba a estar ahí y era consciente de ello pero también le dio mucho miedo. ¡Se quedaron fuera más de 250 personas! Muchas clientas afirmaron que no habían hecho tanta cola ni para el concierto de Lady Gaga.
Es innegable que cambiar a las modelos tradicionales por bloggers con ejércitos de seguidores fue una elección muy acertada para lograr más repercusión. Aun así, Ze García no lo considero una campaña de marketing porque ellas eran, en realidad, sus amigas.
Hace dos años, en 2016, Ze García también fue el encargado de vestir de novia a Dulceida. Por aquel entonces ni siquiera hacían vestidos nupciales, pero en la actualidad tienen hasta un equipo dedicado exclusivamente a ello.
La verdad es que estamos viviendo una época de cambio. Antes los vestidos de la marca solo podían utilizarse, en un principio, para una alfombra roja. Ahora las clientas le piden ropa para una fiesta familiar, una boda o incluso puestas de largo.