¿Os casáis próximamente y aún no tenéis claro qué tipo de traje de novia buscáis? ¡No os preocupéis, desde Hoy Magazine os traemos los mejores diseños que se pudieron ver en la II Edición de Atelier Couture!
Seis de los diseñadores más prometedores en moda nupcial presentaron el pasado jueves sus colecciones para la próxima temporada, en donde la elegancia, la sencillez y sobre todo el diseño artesanal fueron las notas predominantes de la jornada.
Marcela Marsergas, fue la encargada de inaugurar la pasarela con su primera colección de novias titulada «Insomnio», un verdadero canto a la alta costura, trabajada de forma artesanal.
Una colección repleta de novias con vestidos sensuales y livianos trabajados con encaje y chantilly, tejidos que invitan a jugar con las transparencias y que dan un toque sexy en un día tan especial para nosotras.
El malagueño Rafael Urquizar fue el siguiente en mostrar a su novia ideal con «Thirty», una serie de vestidos de novia y fiesta que revisan una trayectoria de más de treinta años en el mundo de la moda.
Trajes pantalón, vestidos de cóctel con aplicaciones de encaje coloreado, boleros o chaquetas con reminiscencias militares son algunas de sus propuestas para el 2017. El blanco, rojo y verde agua son los colores escogidos para envolver vestidos realizados con «desgarrados», con trozos de tela que fueron desechados y que ahora, unidos con pasión, forman una prenda cargada de belleza que se completan en bordados de conchas y flecos de lana, un tanto rústicos.
El toque exótico de esta edición vino de la mano de Cristina Pascual, con una colección de inspiración japonesa, con detalles en dorado y negro y motivos que nos llevan a la naturaleza como aplicaciones de flores y hojas.
Líneas cándidas, románticas y sencillas nos recuerdan a diseños de Alta Costura que muestran siluetas relajadas, naturales, con volúmenes agradables y formas orgánicas.
Más intimista y cercana resulta la moda nupcial de Armiche Rodríguez, diseñador que se esconde detrás de Nihil Obstat, firma que trabaja con tejidos antiguos y los adapta a cada uno de sus diseños.
En esta ocasión, el modisto se ha inspirado en el Mediterráneo, las pinturas de Soroya y en solsticio de verano para confeccionar vestidos sencillos de colores suaves y texturas naturales matizadas con cordones-soga o estrellas doradas, ideal para aquellas novias que buscan un estilo intimista y cómodo.
Fernando Claro, que siente pasión por la seda, el crepé y el encaje, ha dibujado una colección con volúmenes y cortes que realzan la figura femenina.
«Victus», nombre de la colección, presenta dos líneas opuestas que persiguen un mismo fin: vestir a la mujer en el día más importante de su vida. La primera línea posee una aire barroco con ricos bordados que expresan poderío y fuerza, en ocasiones aderezados con flecos. La segunda es un falso minimalismo que esconde sutiles bordados y aplicaciones de flores con transparencias en hombros y espaldas con el fin de potencial la feminidad de la novia. Modelos de manga larga y cuello «perkins» también formaron parte de este desfile de ensueño.
La casa Santos Costura puso en broche de oro de la jornada con una colección que echa volar la imaginación.
Su propuesta es un viaje en el tiempo, una invitación a tomar el té con María Antonieta después de recoger rosas en el jardín. Una propuesta alocada que logra trasladar encajes y plumas versallescas a diseños actuales, algunos bastante atrevidos.
En definitiva una colección que juega al contraste mediante diseños en un blanco limpio que dejan la espalda al aire y otros más sofisticados y barrocos, con flores bordadas y aplicadas, siempre con un marcado trabajo artesanal y con el negro como protagonista.
Atrevidos tocados, caperuzas y cinturones en arpillera rematan los looks con una gracia inusual solo aptos para novias que no les da miedo arriesgar en el momento de dar el sí quiero.