El reconocido mago español Juan Tamariz tiene muchos éxitos que celebrar. El público le quiere igual que el quiere a su público. También todos los demás magos le quieren. Son muchos años haciendo magia. El pasado 18 de octubre celebró sus 80 años. Para ello, su hija, Ana Tamariz, le organizó una gran fiesta de cumpleaños, con gala mágica incluida, en la Sala Galileo Galilei, donde sopló sus velas y contó con la participación de ilusionistas como Jorge Blass, Luis Piedrahita o Jandro, entre tantos.
Tamariz, considerado como uno de los mejores magos del mundo en la historia de la magia, ha sido la mayor referencia para otros grandes magos. Llegó al alcance de muchas familias gracias a su participación en televisión en programas como Un, dos, tres… Responda otra vez, Magia Potagia o Chantatachan. Su aportación al mundo de la magia ha ido más allá de los espectáculos: ha sido maestro de magos. Ha dedicado gran parte de su vida a escribir libros de magia para que, quien quisiera, pudiese aprender magia. Incluso, llegó a los kioscos en formato fascículos con El mundo mágico de Juan Tamariz.
Su vocación mágica y, por otro lado, docente, y su actitud de entrega hacia sus compañeros, han sido los motivos por los que existen tantos buenos magos en España. Y, muchos de ellos, no faltaron a su celebración de sus 80 años. Hablamos, para este reportaje, con algunos de estos magos, «discípulos» de Juan Tamariz.
El mago Jorge Blass reconoce a Tamariz como el responsable de su oficio: «Yo me dedico a la magia gracias a él. Gracias a él descubrí mi pasión, mi vocación y, luego, mi profesión. Yo soy mago gracias a que Juan apareció en la tele, y me encantó lo que vi, y luego tuve la ocasión de conocerle, de aprender directamente de él, y eso es un lujazo. Él es muy generoso como persona y como maestro».
Blass era un fiel espectador de los programas de Juan Tamariz en televisión: «Mi primer recuerdo de él es en el programa Magia Potagia, yo tenía 6 años. Ahí me atrapó la magia». Como dice Blass, la magia llegó para quedarse en su vida: «Cuando tenía doce años, en 1992, él sacó «El mundo mágico de Juan Tamariz», los fascículos coleccionables. Y también con el programa Chantatachán, que era un programa al que iban muchos magos, lo presentaba él con Alaska, y era un programa referente donde vi a muchos magos, Juan hacía dos o tres juegos en cada programa, vi a Salvano hacer manipulación de cartas, a los Pendragons haciendo grandes ilusiones, vi a René Lavand por primera vez. Era un programa muy completo», recuerda Jorge Blass.
No podrá olvidar el momento en el que Tamariz pasó de ser una imagen de la pequeña pantalla a una realidad delante de sus ojos: «Mi primer encuentro con Juan Tamariz fue en la escuela de Ana Tamariz. Entré y vi a Juan, que estaba dibujando un libro para un juego de magia, y me acerqué a él, le dije que quería ir a verlo actuar, pero no podía ir porque era menor de edad, pero me invitó a un congreso de magia en el año 93, y ahí vi a Juan Tamariz actuar, fue la ilusión de ver, por primera vez, a un mago en un teatro».
«Juan Tamariz es un antes y un después en la magia», reflexiona Blass. «Ha creado una forma de entender la magia, un estilo muy particular, que ha transmitido a muchas generaciones, y es un antes y un después. Él, como buen genio, ha sabido interpretar la magia, estructurarla, entenderla, y lo ha escrito en libros que, encima, quedan para las generaciones futuras». Y termina reconociendo que «es un maestro en toda regla».
Jandro, que disfruta haciendo feliz a las personas con su magia, reconoce que Tamariz es el maestro: «así se le conoce aquí, pero también en todo el mundo. Tú dices en el mundo de la magia «el maestro», y todos saben que estás hablando de Juan Tamariz. Nosotros empezamos gracias a los fascículos que sacó Tamariz en los quioscos. Siempre ha sido un referente, era el mago que veíamos en la tele, que sacó los fascículos y nos dijo que la magia se puede aprender.»
Jandro recuerda su primer espectáculo junto a Juan Tamariz: «Yo actué la primera vez con Juan en el año 2000, y por su cumple, voy a hacer dos juegos que hice en aquella gala y que me apetece rememorar». El mago valenciano, que tiene también una amplia trayectoria televisiva, reconoce las aportaciones de Tamariz al mundo de la magia: «Todo lo que ha hecho Juan por la magia es impresionante. Hay mucho que no se ve. Vosotros veis una actuación, pero no sabéis lo que hay detrás: toda la filosofía, la psicología, la estructura… Todo eso Juan, y la Escuela Mágica, y Arturo Ascanio y Gaby, han sido grandes impulsores y precursores de todo esto que hay detrás, por eso la magia española está tan bien considerada en todo el mundo».
El mago y cómico Luis Piedrahita considera que Tamariz es mucho más que un mago: “Juan Tamariz es el maestro y la influencia para varias generaciones de magos. Así como para el gran público, Juan Tamariz es ese loco de los pelos, tan divertido y que hace magia increíble, cuando uno escarba, sabes la cantidad de pensamiento, de estudio y de amor a la magia que hay en Juan». Y añade: «Si algo ha hecho Juan que no haya hecho nadie es amar la magia de una manera tan brutal, que ha dedicado horas y horas a perfeccionarla, a estudiarla, a ver cómo se puede hacer un poquito más artística, más emocionante, que llegue más adentro. Juan nos ha influido en todo: en pensamiento, en estructura, en filosofía de la magia, pero, sobre todo, en cómo intentar hacer que sea algo emocionante, que llegue al corazón y que el público viva un momento inolvidable.»
Piedrahita es otro de esos jóvenes que se crió con el rsotro de Tamariz en la televisión: «Yo recuerdo verlo, cuando era pequeñito, en la tele. En el Un, dos, tres, con aquel juego del cochecito, que fue mítico, el juego de los caníbales,… Y durante los años 90, publicó unos fascículos para aquellos que quisieran aprender a hacer magia, y explica los juegos. Ahí conocí cómo era la magia, cómo era ese pensamiento, cómo era Juan, un poquito más que verlo en televisión, porque estabas leyendo cosas de él. En esos fascículos, él te hablaba de que los magos escribían grandes libros, y te despertaba la curiosidad hacia la magia» El mago de La Coruña recuerda que había juegos que no estaban explicados de una forma clara: «La mayoría de esos juegos te los explicaba, pero había algunos que no. Cuando terminabas ese curso, te dabas cuenta que tenías las herramientas para hacer ese juego que no te había explicado. Fíjate que inteligencia, qué manera perversa pero eficaz de compartir la sabiduría».
José Luis Izquierdo, conocido como Mago More, debe su profesión a Tamariz: «Se lo he dicho a él, Tamariz es una persona que nos ha cambiado la vida a todos los magos de este país, y miles de magos en todo el mundo. Yo jamás pensé en dedicarme a esto, pero, de repente, descubrí los domingos por la tarde un programa que él hacía, que se llamaba Magia Potagia, lo grababa en VHS y lo veía hasta el infinito. Tenía destrozadas las cintas de tanto usarlas. Me fascinaba lo que hacía. Y empecé a hacer magia. Cuando vine a Madrid, me lo encontré en la Sociedad Española de Ilusionismo (SEI), imagínate el golpe. Tu ídolo y te lo encuentras. Y en el año 92 gané un premio de magia en un congreso y me tocó actuar con él y con Anthony Blake, el premio más grande de mi vida».
«Es un tipo que ha cambiado la manera de ver la magia» reconoce More. «Está entre los 10 mejores magos del mundo de toda la historia. Ha hecho mucho por las artes de este país y va a dejar una huella eterna». El mago, que imparte más de una docena de conferencias por mes, cree que conoce el mayor secreto de Tamariz: «La receta de Juan es estar activo y tener pasión. Cuando tú estás activo mental y físicamente, eso hace que tú te alargues en el tiempo».
Izquierdo comenta que Juan es capaz de hacer de las cosas pequeñas, algo muy grande. Recuerda una anécdota: «Estaba un día Tamariz con una periodista, íbamos a cenar después de la SEI a un restaurante que había en Gran Vía. De repente, le hace un truco con ceniza, y nos quedamos todos flipados. Juan, sabes que es noctámbulo, y volví ese día a casa a las tantas de la mañana en el bus nocturno, mientras pensaba en cómo lo habría hecho. Y, de repente, digo «anda, es un truco de Magia Borrás». El tío había hecho un truco de Magia Borrás, pero lo había hecho tan bien, que nos lo había colado a todos. Por eso yo siempre digo que no se trata de lo que hagas sino de cómo lo hagas».
Manu Vera, además de mago, es el director de La Gran Escuela de Magia Ana Tamariz. Vera sostiene que Tamariz ha dado muchas facilidades para el aprendizaje de magia: «es una referencia, una guía. Ha ido abriendo puertas y lo ha puesto más fácil a los que hemos venido detrás. Juan es muy generoso. Quiere tanto a la magia que siempre ha querido no guardárselo para él. De hecho, es una de las cosas que él hizo: la apertura en la magia. Hasta ese momento, era secreto, y Juan pensó en abrir esos secretos. Organizó las Jornadas Cartomágicas en El Escorial, y llevan más de 50 años organizándose, acuden cartomagos de todo el mundo para aprender y conversar… Todo esto es cosecha suya, es un motor y un referente». El director de la Escuela se siente afortunado: «hay muy pocas figuras en la historia de la magia que se puedan comparar con Juan Tamariz. Yo siempre pienso que he tenido la suerte de coincidir en tiempo y lugar con uno de los genios de la magia y del arte».
Miguel Muñoz, ganador del premio mundial de la Federación Internacional de Sociedades Mágicas, FISM, advierte que el talento mágico español se debe a la influencia de Tamariz: «el nivel de la magia en España es increíble. A cualquier lugar que vayas del extranjero, siempre te dicen “anda, un mago de España”. Este nivel tan bueno es gracias a los magos de la generación de Tamariz, maestros que nos han dejado un legado y, por eso, hacemos las cosas medio bien». Al igual que el resto de magos, Muñoz conoció la figura de Tamariz de pequeño: «Muchos hemos empezado en la magia gracias a él, y hemos aprendido de él. Mi primer recuerdo de él es en la televisión, cuando salía en el Un, dos, tres…, en Tantatachán, y sus fascículos de magia«. Las palabras del campeón del mundo hacia el mejor mago del mundo son de agradecimiento: «Todo lo que nos ha dado Juan Tamariz a los magos es incalculable. Sólo se le puede dar las gracias millones de veces».
Son ya varias las generaciones de magos que han aprendido en La Gran Escuela de Magia Ana Tamariz, y es que este rincón mágico lleva más de 30 años en la capital impartiendo claves mágicas a todo tipo de magos. Es el caso de David Burgueño, un joven mago adolescente que cuenta con su propio espectáculo: «yo tengo 19 años, y empecé viendo a Juan Tamariz. Yo no nací con el «Un, dos, tres…» pero lo he visto ahora, por Internet, y otros programas en los que salía él. Fue de los primeros magos que vi actuar. Además, él es el que impulsó en televisión la magia de cerca. Llevo en esto de la magia muchos años, entré en la escuela con siete y ahora tengo mi propio espectáculo, así que yo le agradezco a Juan Tamariz el haberme descubierto y permitido entrar en este mundo de la magia».
De igual manera, hay magos veteranos que llevan una suma de años matriculados en la Escuela, como el mago Paix: «Juan Tamariz es una auténtica bestia en el escenario. Cuando lo tratas en persona es alguien muy entrañable, muy tranquilo, pero cuando pone un pie en un escenario, es un auténtico monstruo, parece que tiene 30 años. Es increíble cómo la magia le hace ser ese tipo de persona. Juan, con la magia de cerca, llevó la magia a tus manos, y no hay algo más mágico. Yo le agradezco estos 80 años y le deseo otros 80 más, que siga siendo el niño que es».
Juan Tamariz sembró su pasión por la magia y el arte a su familia. Su hija, Ana Tamariz, fundó, junto a su padre, hace 34 años la Gran Escuela de Magia Ana Tamariz. Desde entonces, han pasado por allí un sinfín de magos, muchos ellos reconocidos como Jorge Blass o Anthony Blake. La escuela, que enseña desde pequeños a mayores, no sólo enseña los secretos que hay detrás de cada juego, sino también las disciplinas que todo mago necesita: presencia en el escenario, capacidad de comunicación, incluso otras como globoflexia, yoyó o elaboración de monólogos.
El nieto de Juan Tamariz, hijo de Ana, es Daniel, que es un profesional en el manejo del yoyó y está trabajando en Francia, admira a su abuelo: «Mi abuelo es un crack. Siempre de buen humor, con ganas de hacer magia, de contar historias, anécdotas, hacer reír a la gente… En las cenas de Navidad, todas las gambas saltan, y todas van a su plato, no sé cómo lo hace (Risas)«.
Todas las personas que han conocido a Juan Tamariz saben que, además de un gran mago, el mejor del mundo, es una buena persona, que es capaz de hacer disfrutar al público y de transmitir con sus palabras el amor por la magia. Para él, «la magia es una ilusión bellísima, hermosísima, que nos ilumina siempre». Y lo corrobora un servidor, que en cada ocasión que he estado con Tamariz, me he sentido parte de su magia. ¡Felices 80 años, Juan Tamariz!
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