Arranca la 65º Edición MBFWM con el desfile del gran Juan Vidal y su colección ‘La Belle Marie Qui Fume’, en la cual, previamente, se ha mostrado un pequeño vídeo de homenaje a Bimba Bosé.
Como siempre, Juan nos muestra una colección llena de cultura, y esta vez está inspirada en el siglo XVIII-XIX y en la que hace alusión al pintor modernista Klint, trayéndolo al siglo XXI. Con mucho conocimiento y creatividad, nos trae una pasarela sofisticada y urbana. Juan ha evolucionado hacia la perfección, y es que sabe crear una colección muy elegante que se puede llevar a la calle y nos cuenta una historia a través de sus diseños.
Mezcla tejidos vaporosos, ligeros, con otros más pesados como son la lana y el bisón, que hemos visto en abrigos y ponchos, o una fantástica bata de bisón. Trae superposiciones jugando con la silueta de la mujer, transparencias y escotes en la espalda, con tejidos en forma rombos unidos por los extremos, de forma que tapa lo necesario y nos muestra parte del cuerpo de la mujer. También hemos podido ver vestidos negros, estampados por delante en origami, y la parte trasera en color amarillo. Ha destacado sus atrevidos pantalones de crochet con plumas de avestruz, piezas únicas de prêt-à-porter, y las que las más espectaculares han sido los abrigos dorados que han cerrado el desfile, con bordados de flores negras, emulando la pintura de Klint.
Para acompañar toda esta colección, a colaborado con Toñi de Cuplé, una marca 100% española y artesana, que nos ha enamorado con sus botas de patchword también de diferentes texturas con pieles sintéticas y naturales, tanto de cocodrilo como de serpiente o de potro.
Colores inspirados en las pinturas del 1900, con rosa mejicano, negro, amarillo y el color del año 2017 por Pantone, un verde manzana.
Nos ha transmitido por completo, con sus prendas y el peinado y maquillaje sencillos, la historia de estas mujeres cansadas y encerradas en sus habitaciones rodeadas de humo, tal y como ha explicado.