Kristen Stewart se ganó un hueco en Hollywood gracias al éxito mundial de la saga “Crepúsculo” de la cual ella fue protagonista encarnando a Bella. Desde aquél entonces, multitudinarios cambios de look han sido protagonizados por la actriz americana; looks que indudablemente han marcado un antes y un después.
La expectación causada entre los seguidores incondicionales de los libros de Stephenie Meyer, implicó un gran esfuerzo por controlar la fama y digerir que de un día para otro se habían convertido en completos ídolos. El carácter de Kristen Stewart –tímida y reservada- quizás no casaba mucho con el nuevo fenómeno al que ella había, de algún modo, dado vida. Esto hizo pensar en más de una ocasión que Hollywood le venía un poco grande. Insegura y vergonzosa, Stewart no estaba acostumbrada a ser el centro de todas las miradas; algo que ha ido evolucionando al mismo tiempo que lo ha hecho su aspecto físico.
Rubia, morena, con reflejos dorados, pelirroja, pelo largo, corte pixie, tupe…ha demostrado ser ante todo camaleónica pero también, no tener ningún miedo a los tintes y las tijeras. Su pelo no ha sido el único afortunado en experimentar su pasión por las transformaciones. Si en sus comienzos enseñaba al mundo su dulzura casi inocente, ahora enseña su lado más agresivo y luchador que no dejan indiferente a nadie. No obstante y tras tanto cambio, siempre mantiene un halo de lo que definimos como su seña de identidad: el streetstyle. Los grandes cambios han sido vistos en la pasarela pero el estilo tomboy y boyfriend la han perseguido a lo largo de los años. Camisas de cuadros, pantalones, gorros y chaquetas son los habituales de la actriz.
Desde que saltase a la fama en 2007, su forma de posar, desenfadada, sobre las alfombras rojas siempre ha sido muy criticada. Críticas que no han servido de mucho pues lo cierto es que Kristen Stewart se ha convertido en un icono de la moda por el que muchos diseñadores se pelean. Así, es como se convirtió en el rostro y en la embajadora de Chanel, después de que Karl Lafergeld mostrase su admiración por la joven americana. De este modo, los estilismo de sus apariciones pasaron de ser desenfadados y poco sofisticados, a elegantes y llamativos. Entre sus firmas favoritas encontramos Chanel (por supuesto), Balmain, Balenciaga, Stella McCartney, Cartier, Louboutin o Zuhair Murad entre otros. Lo mismo ha ocurrido con su maquillaje pues si en sus comienzos reclamaba la naturalidad con tonos pasteles y suaves, ahora se encuentra en el lado opuesto ya que es habitual verla con llamativas sombras metalizadas o negras y ojos marcados con eyeliner. A pesar de los cambios por los que ha pasado su aspecto físico, hoy por hoy mantiene la ausencia de joyas llamativas.
Sus continuas transformaciones nos han hecho declararla como la mujer de las mil y una versiones.