Con la llegada del buen tiempo, Springfield lanza su apuesta para el verano. En esta ocasión, y con su ya conocida y fuerte apuesta por vestidos, sobre todo en la temporada Primavera-Verano, Springfield lo hace de la mano de la actriz Begoña Vargas, nueva imagen de la firma.
El plato fuerte de la colección para esta temporada se compone de vestidos de diferentes tejidos, estilos, prints y estampados y llenos de color. En el vídeo oficial de la campaña (ver aquí), se ve a Begoña emprender un viaje con sus amigos de camino a un festival, y en este se aprecia la variedad de vestidos de la colección vestidos por la actriz. La colección ya se encuentra disponible en tiendas físicas de Springfield y en myspringfield.com.
Begoña Vargas, la nueva chica de moda
Begoña Vargas saltó a la fama en 2019 por su trabajo como actriz en diferentes series y películas, y su carrera no ha hecho más que crecer. Detrás de los personajes que interpreta, se la conoce como una persona que responde a los valores de la generación a la que pertenece, la Z. Interesada por causas sociales, cercana y, sobre todo, muy natural es como se conoce a Begoña. Son precisamente estos valores los que hacen de su nueva andadura como imagen de Springfield algo orgánico y que encaja a la perfección con la firma.
En esta primera campaña protagonizada por Begoña, el foco está en la amplia y variada colección de vestidos de Springfield. En un desenfadado y divertido fashion film, se ve a Begoña subirse a un coche descapotable con sus amigos poniendo rumbo a un festival. Todas las prendas que viste Vargas en el vídeo oficial de la campaña son una pequeña muestra de la gran colección de vestidos de esta temporada.
La idea detrás de la campaña es, por un lado, apelar a la nostalgia de lo que conocíamos como normalidad hace unos años, y celebrar que este año, aún con medidas y mucho cuidado, estamos listos para volver a bailar, reunirnos y disfrutar de momentos mágicos.
La colección
Para la colección de vestidos de Springfield PV’22, el Paisley en distintos colores, las cenefas y las flores indianas se integran en los tejidos, dando como resultado vestidos largos y fluidos.
Cogen protagonismo los tonos turquesas y mandarina, resultando en una propuesta no solo novedosa, sino también en tendencia. Además, regresan los calados en punto mezclados con vestidos bimateria.
Los vestidos y blusas también apelan a una clara influencia por la nostalgia romántica setentera. Prendas con una explosión de color, prints florales como margaritas, y otras prendas como pantalones acampanados y tops de croché hechos a mano.
Esta colección no podría estar completa si no fuera por las camisetas gráficas coloridas y con un aire retro-romántico. Y para terminar todos estos looks festivaleros, complementos de croché que nos llevan directamente a aquel primer festival de Woodstock de 1969.