Llegó el día de los Grammys Awards 2017, una gala llena de belleza y elegancia sobre la pasarela, bueno, esto último mejor no leáis. Porque fueron muchos los fallos estilísticos que se concentraron en la alfombra roja de ayer.
Comenzamos por la ‘grosera’ de Lady Gaga que hace ya tiempo que pensábamos que dejaría de llamar la atención en las alfombras rojas porque no lo necesitaba y porque derrochaba elegancia por sí sola, hasta esta noche. La cantante quiso imitar a Tomb Raider en su versión más perversa y convertirse en la ‘dominatrix’ de la gala de los Grammys 2017, le faltaba la fusta.
Como una burbuja se presentó Katy Perry en la gala. Un vestido de doble textura en color metalizado con plumas ‘despeluchadas’ en las que no se diferenciaba si era una copa de champagne o el plumero de ‘La Bella y la Bestia’. Pero he llegado a una conclusión, creo que su estilista iba demasiado bebido para recomendarle semejante estilismo para una gala de tal calibre ¡cariño, vuelve a tus estilismos de siempre!
La cantante Halsey debe tener mucho calor a la hora de dormir, porque ha venido con el pijama de raso azul Klein abierto, sin ropa interior y con cara de sueño. Este año de qué iba la alfombra ¿de calentar al personal para ganar el premio? ¡No lo entiendo!
Lo de Kriss Jenner no lo puedo entender, es una mujer elegante, con un vestido fantástico, pero cariño ¿cómo te pones encajes con las caderas que tienes? Y además, hay que explicar algo para aquellas personas que no lo sepan, la etiqueta de las alfombras rojas es de vestido largo o cóctel, no puedes llegar con un vestido corto, porque si no acabas donde acabas, en las peores vestidas.
La actriz Cynthia Erivo se pensaba que iba a los Oscars. Ella se miró al espejo y dijo: ¡Nena, hoy somos la cenicienta y conquistaremos la alfombra! No guapa, no. El vestido bonito, pero mal gestionado con tu figura, no eres Naomi Campbell, te creíste cenicienta y te convertiste en una mesa camilla y, además, deja el crossfit, porque tienes más brazos que Jason Derulo.
Y, para terminar, la guinda del pastel y nunca mejor dicho porque podría ser la presentadora de cualquier programa de tartas de fondant, pero no es Girl Crush. Con un vestido horrendo digno de un parque infantil y no solo lo decimos por la altura de la chica, sino porque está lleno de bolas de colores que hacen de su figura una muñeca de famosa. Desde luego, anoche diste el cante que, a pesar de todo, en los Grammy, es de lo que se trata, por ello, premian, pero nosotros le damos un -12 a tu estilismo.