Uno de los desfiles más esperados, todos aquellos reporteros e influencers que han asistido ayer en el Grand Palais de Paris al desfile de la firma Chanel han calificado el evento como impresionante y perfecto. No sólo por la brillante colección que ha diseñado el excéntrico Karl Lagerfeld, sino también por el ambiente elegido inundado de espejos y la precisión de las modelos a la hora de desfilar. En resumen: Chanel nunca defrauda, un auténtico espectáculo de elegancia y alta costura.
«Impecable, plata, destellos, todo muy brillante» en eso se ha basado el desfile de ayer según Karl, al igual que la elección de su atuendo para el desfile. Todo en la misma línea, metalizado y toques brillantes. Como en todos los desfiles de Karl en su trayectoria en la casa Chanel, hace referencia a los inicios de la firma mezclándolos con la época actual. Lo primero a destacar es el renovado traje tweed de Coco Chanel, con hilos metalizados y la cintura ceñida. Los toques de sombreros pequeños, hacen que Coco siga viva en el desfile.
Lo más comentado de los estilos sombreros ha sido su semejanza a los dulces más famosos de París, los macarons la Ladureé.
En la sección noche, la elegancia continúa siendo la protagonista. Diseños sencillos y limpios, todos ellos con el complemento del cinturón para marcar la cintura y alargar así la silueta de la mujer. Con faldas largas o midi, estas últimas bien abullonadas para hacerlas más impresionantes.
Lo más top de esta colección, la combinación del tejido metalizado con las plumas blancas y rosas. Una mezcla espectacular que ha dejado con la boca abierta a todo el Grand Palais, podéis juzgar vosotr@s mis@s:
Y la joya, para cerrar este desfile. Hace un guiño a la primavera, un vestido en tono rosa pastel, falda y mangas con relieves que visualmente hacen el efecto de un ramo de flores, sin duda, mi favorito.
Solo decir, Oh la là Karl!