Hacer una película lleva muchos procesos. Tener una idea, escribirla, rodarla, editarla y muchos esfuerzos que a veces no apreciamos. Sin embargo, hay un matiz muy importante, un detalle que desequilibra la balanza entre una buena o una mala película. Hablamos de la fotografía. El arte de elegir un escenario, un encuadre, una luz, unos colores. La belleza de crear una atmósfera capaz de transmitir sensaciones e ideas. Por eso es tan importante la fotografía dentro de una película, lo que percibimos por el ojo es clave para el éxito o fracaso de un filme.
Cuando vemos una película damos todo por hecho, sin saber que cada escena ha sido estudiada al máximo. Un escenario tiene muchas connotaciones, la lejanía o cercanía de la cámara hacia lo que se está rodando tiene un sentido, el encuadre y el tipo de plano cumplen también una función clave. Los movimientos de cámara ofrecen un sentido u otro. La iluminación y los colores crean universos y dan una esencia propia. Todos estos elementos forman parte de la fotografía y son clave para que al final el espectador sienta las emociones de la trama o goce con lo que está viendo.
Aunque en España no está muy reconocida la profesión de director de fotografía, tenemos grandes genios de este arte. Por ejemplo, Néstor Almendros fue un pionero y es un referente del cine español. Tras estudiar alrededor del mundo colaboró con directores como François Truffaut o Éric Rohmer. Llegó a ganar un Oscar a mejor fotografía por Días del cielo (1978) y consiguió varias nominaciones por Kramer contra Kramer (1979), El lago azul (1980) y La decisión de Sophie (1982).
Encontramos también a Álex Catalán, quien se dio a conocer en el cine independiente. Sus mejores obras son Camino (2008), 1898: Los últimos de Filipinas (2016), Mientras dure la guerra (2019) o La isla mínima (2014), por la que ganó el Goya.
José Luis Alcaine es otro referente y posee el record de más nominaciones a los Goya, con 20. Ha ganado 5 veces, por El sueño del mono loco (1989), Belle Époque (1992), El pájaro de la felicidad (1993), El caballero Don Quijote (2002) y Las trece rosas (2007). Además, es asiduo colaborador de Pedro Almodóvar, generando éxitos preciosos.
Por último, tenemos a Javier Aguirresarobe, quien tiene el récord por haber ganado más Goyas, con 6. Lo ha ganado por Beltenebros (1991), Antártida (1995), El perro del hortelano (1996), Los otros (2001), Soldados de Salamina (2003) y Mar adentro (2004). Aguirresarobe también ha colaborado con directores como Woody Allen o Taika Waititi. Como vemos el cine español tiene grandes profesionales con proyectos deliciosos, bellos y de alta calidad. Ojalá proliferen muchísimos más.
Y, ¿cómo se genera una buena fotografía? Estudiando a fondo lo que se quiere transmitir y aprovechando los recursos a favor de la creación artística. Teniendo en cuenta los colores, texturas e iluminación. Jugando con los planos, encuadres y composiciones. Y aprovechando los movimientos de cámara y sobre todo los escenarios. Todo armado en una misma línea, intentando dotar a la película de un ADN propio.
En definitiva, la fotografía es el auténtico arte del cine, sin él nada tendría sentido, sin él ver películas no sería lo mismo.