Recuperando recuerdos de infancia, el gallego Roberto Diz toma el sur de Portugal como inspiración para su colección de Primavera-Verano 2020. Desde el Alentejo a Valença do Minho, la luz del Algarve y sus costas, el azul añil, el blanco y el negro del luto y la saudade lusa. Quinta dos perfumes revive estas imágenes del pasado del diseñador y las fusiona con una visión personal de la obra de la artista contemporánea Joana Vasconcelos. Roberto Diz funde la elegancia de los años 50 con el folklore y la indumentaria tradicional del país vecino recreando cortes clásicos en tejidos naturales que comprenden desde el algodón a la seda. Las redes que nos remiten a las artes de pesca se transforman en faldas midi con líneas New Look, o ajustados vestidos de noche recamados con la orfebrería de filigrana característica del país luso.
Quinta dos perfumes revive imágenes del pasado del diseñador y las fusiona con una visión personal de la obra de Joana Vasconcelos
Diz estampa los motivos florales de la indumentaria portuguesa tradicional sobre satén de seda y punto transformándolos en sugerentes vestidos camiseros, saharianas o pantalones. La iconografía religiosa, que referencia la tan reconocible espiritualidad ibérica, queda reflejada en algunas prendas bordadas con mimo en cristal y azabache y en las cruces doradas que se ven prendidas en distintas creaciones. Como calzado, todas las modelos lucían sandalias de tiras anudadas al tobillo, con o sin medias. Eso sí, en este último caso, únicamente complementando diseños estampados.
En esta colección son evidentes ciertos cambios de estilo en el patronaje de la firma. Así, los hombros se redondean un poco y la sastrería se relaja consiguiendo líneas mucho más fluidas. Podremos encontrar también algunas prendas en satén de seda totalmente desestructuradas y otras de canalé de algodón que exhiben una linea más deportiva y urbana buscando dirigirse a un target algo más joven y desenfadado. Los clásicos volúmenes del creativo ganan en ligereza y adornan los vestidos largos que continúan siendo sello de identidad de la firma, aunque en esta ocasión se sustituye el negro por el blanco y los tejidos mates por tejidos ricos en brillo que recuerdan al reflejo de la luz solar sobre las blancas paredes de Algarve.
Globalmente, la colección parece buscar renovar la imagen más clásica de este diseñador español, que contó con la supermodelo Brandi Quiñones como estrella de su desfile. La neoyorquina, una de las modelos favoritas de los diseñadores Yves Saint Laurent, Karl Lagerfeld o Gianni Versace durante los años 90, y a quien hoy en día resulta difícil ver desfilar, abrió y cerró esta presentación continuista y renovadora a la vez.