Semana de la Moda de París, segunda jornada, ya es de noche pero todavía tenemos una cita con la moda. El enclave no podía ser mejor, en plena Plaza de Trocadero, delante de la Torre Eiffel, una pasarela de agua iluminada con gigantes palmeras de luz donde presentar los diseños de la icónica firma fracesa. Al frente nos encontramos a Anthony Vaccarello, el diseñador apuesta por seguir las líneas de feminidad y sensualidad legado del legendario Yves Saint Lauren y nos propone unos estilismos rockeros cargados de osadía.
Tal y como pudimos ver en la nota de presa presentada por la firma, “la mujer Saint Laurent es independiente, segura de si misma, liberada y atrevida, y ama divertirse y expresarse”. En esta colección inspirada en los diseños que Yves Saint Laurent creó en 1972 para Sylvie Vartan, el negro ha sido el color protagonista. Un gran aliado para conseguir pronunciar la sofisticación y sobriedad de todas las propuestas.
Las transparencias han sido uno de los elementos clave de este desfile junto con tejidos metalizados que mas que insinuar dejaban al descubierto. Juega con ellas de forma muy inteligente superponiendo capas y creando un efecto de opacidad. Pero también los escotes pronunciados o las piezas con cortes arriesgadísimos, rompedores y provocadores que no hacían mas que ensalzar y resaltar el cuerpo de la mujer.
Una de las piezas mas destacables es el esmoquin, con la cual además abre el desfile, Vaccarello lo reinventa llevándolo a un extremo mucho mas femenino, con camisas abiertas o pantalones de talle muy alto, dando mas énfasis a la idea de una mujer libre y empoderada. También ha utilizado el estampado animal que presenta en varias propuestas, así como los bordados de estrellas, que decoran desde vestidos caftán en tul de seda a mini vestidos de terciopelo.
Por momentos se ha podido ver una estética mas setentera, mezclada con un estilo country de película del Oeste. Shorts, chalecos, mangas acabadas en volantes, lazos o sombreros de ala ancha en piezas de terciopelo, seda y cuero con estrellas bordadas y estampadas.
El desfile se cerró con capas de tejido transparente que envuelven el cuerpo de la mujer y una sucesión de bañadores o bodys ochenteros de diferentes formas y escotes pensados como estilismos de discoteca al mas puro estilo Studio 54. En ellos juega mucho con las asimetrías y los cortes, mostrando piezas totalmente diferentes en tejidos satinados, de lentejuelas o estampados que nos hacían fijar toda la atención en las piernas infinitas de las modelos.