La oportunidad y la pasión, son dos cualidades que se encuentran muy en boca de todos los apasionados por emprender. Emoción y comienzo, son el motor de todas las cabezas detrás de todo gran proyecto. Y ese reto por empezar y el diario se convierto en tu resistencia: ‘Lo más difícil del emprendimiento en moda es que todos los días aparecen retos diferentes. Pero lo más complicado, es tener la resistencia de seguir adelante’ , nos cuenta Lucía De la Iglesia, CEO y fundadora de 710 Studio, la firma que crea prendas polivalentes para todas las actividades cuidando y respetando el medio ambiente.
‘Llega un momento idóneo en la vida cuando se encuentra la oportunidad y la idea que uno lleva gestando tiempo, que de repente es el momento oportuno para iniciar: decidí emprender después de muchos años de diseñar el modelo de negocio, de productos, y cuando todo toma forma y surge un momento de estabilidad, aproveché para lanzarme y empezar con la marca’, nos cuenta Marta Larsen, fundadora y creadora de Martsen Studio, la firma escandinava que transforma lo que pinta a mano en productos especiales y textiles de lujo, cuando hablamos de sus comienzos en el emprendimiento y de transformar su pasión en su vida laboral.
‘Disfruto aprendiendo y analizando lo que necesita el cliente cuando viene a tienda, con la parte de diseño, la selección de materiales y me apasiona todo lo relacionado con el proceso de producción’, nos comentó Irene Gil, diseñadora y fundadora de Just-ENE, la firma de zapatos que refleja por completo la personalidad de cada mujer. La personalización de los diseños, el detalle y el cuidado de cada pieza, la entrega al cliente final y el resultado de todo un largo y duro proceso, es una tarea gratificante que se convierten en sonrisas para los rostros ocultos detrás de cada firma. ‘Cuando salen oportunidades especiales para crear, entendiendo el uso y el contexto en el que ese diseño va a desempeñar su función. Una tela creada para un propósito y lugar concreto, inspirando su diseño en un entorno único y especial para el cliente’, nos cuenta Marta Larsen a la hora de hablar de su momento favorito con Martsen Studio.
Todos esos nuevos proyectos y esas nuevas ilusiones, son el resultado de un duro trabajo construido por detrás, que en la mayoría de las ocasiones agota, pero que devuelve la ilusión. Así lo define Lucía De La Iglesia: ‘Lo más satisfactorio del emprendimiento es la confianza externa (del sector, de los clientes, de la comunicación, etc.) muchas veces ha sido ese apoyo el que nos ha mantenido ilusionados’.
Aunque sea muy duro, todos los emprendedores están de acuerdo en la misma cosa: es un proceso maravilloso. Así lo describe Marta Ortega, fundadora de MLAB, ‘Cada producto tiene su historia, eso es muy bonito. Es un proceso muy completo’. Desde el nacimiento de la marca hasta el proceso de creación de cada pieza con la que se compone, te abre los ojos y la mente, llegando a ser un mundo nuevo que descubrir, así nos lo contaban Pablo y Nela, fundadores de Troppo: ‘Ver el mundo con otros ojos, dejar de verlo con los ojos de un niño y ver que hay gente muy buena, pero también muy mala. Pero dedicarte a lo que te gusta, que hay salida después de la universidad, que estamos conociendo a gente nueva… es el cambio que notamos’. Ir a contracorriente y creer en los propios valores de marca, así lo explica Marta Larsen: ‘Uno de los puntos más difíciles es ir a contracorriente de la temporalidad. Creemos en los productos atemporales, colecciones limitadas en cantidad pero no en el tiempo’.
Luchar por sus propias metas, superar los retos y conseguir los objetivos, es la satisfacción que hace que cada mañana se levanten. Cambiar el mundo, luchar y seguir adelante, conseguir que no sólo cada producto esté bien hecho o bien diseñado, sino también que llegue a los clientes, que la sociedad tenga conocimiento de ellos.
‘Lo más difícil que he encontrado dentro de este sector es lidiar con la competencia que hay. Otro reto a tener en cuenta es comunicar bien, pues a pesar de que ahora hay mucha más información, el usuario en muchas ocasiones se encuentra confundido y no sabe qué debe escoger para su cuidado, por lo que es nuestra responsabilidad darle los datos necesarios para que él tenga una visión clara de qué necesita y qué podemos ofrecerle para ayudarle.’, explicaba Marta Ortega. Sin embargo, también es necesario ‘escuchar al mercado. Es bonito diseñar pensando en lo que nos gusta o nuestro estilo, pero sin dejar de ser fiel a nuestro estilo debemos de adaptarlo a lo que le gusta a nuestro cliente que al fin y al cabo es el que te va a permitir continuar con tu negocio’ aconseja Irene Gil a los futuros emprendedores en la moda.
Y es que en cuanto a comunicación son muchos los que están de acuerdo. Just–ENE también piensa que es fundamental y por consiguiente, ‘lo importante es aportar un valor añadido y diferenciarse. Competir en productos más básicos con grandes marcas que tienen enormes presupuestos de comunicación es muy complicado. Por lo que para mi el mayor reto en moda es crear un producto que sea diferencial y que obviamente guste a un público objetivo para poder dirigirse a él.’
Al final, aportar valor a tu marca y la forma correcta de llegar al consumidor final es lo que consigue que nuevas firmas nazcan, con sus altibajos, pero también se posicionen en el mercado tan complejo, y tan bonito, como la moda. ‘No será Troppo la marca de la aventura porque hay muchas marcas que llevan la aventura por bandera, sino los que te inspiran a vivir tu propia historia’, como nos contaba Pablo, fundador de Troppo.
Nadie discute que el emprendimiento no sea duro, pero significa ‘tener un sueño, llevarlo a cabo, luchar para hacerlo crecer y evolucionar, y poder vivir de tu pasión’, asegura Irene Gil. Y es esa unión de las pasiones en una vida lo que motiva a las personas a emprender, como le ocurrió a Marta Ortega, quien fusionó en MLAB su pasión por la vida empresarial y el autocuidado. A esa pasión hay que darle forma para que signifique lo que se quiere expresar, de ahí que Marta Larsen nos confirme que para ella el emprendimiento significa ‘llevar a cabo un modelo en el que un sueño se transforme en realidad’. Pero como también asegura Lucía De La Iglesia, la frustración también se convierte en el arma para crecer, porque también hay muchísima alegría y ‘no lo cambiaría por nada’.