Doña Letizia , con antecedentes de carrera profesional. Su vida, inicialmente centrada en la televisión, dio un giro de 180 grados cuando conoció y se casó con el entonces Príncipe Felipe: medio siglo después de su matrimonio, se convirtió en la primera reina de España sin ningún vínculo con la familia real. El desafío fue grande y los resultados fueron geniales.
Han pasado 20 años, dos décadas desde entonces. Su primer encuentro con el actual Rey incluye el ya famoso «¡Déjame terminar!», en su propuesta de matrimonio. Ese día, los dos se felicitaron. El entonces Príncipe de Asturias destacó la entonces prometida de su entonces prometida «elocuencia, inteligencia, coraje, responsabilidad en el trabajo, principios, rectitud, ejemplaridad…». Y dijo que era «un ser humano excepcional, cariñoso, respetuoso». Esta declaración de intenciones inició una unión que ya existe desde hace 18 años. Sin embargo, en la proclamación de Felipe VI, después de que el rey Juan Carlos I abdicara en junio de 2014 y se convirtiera en reina, Leticia Ortiz Rocasolano ha pasado los últimos ocho años de su vida como reina en la familia real, incluidas sus hijas. , la princesa Leonor y la princesa Sofía.
El carácter solidario y social de la Reina Letizia
Con su fuerte colegialidad y sociabilidad, la Reina Letizia se convirtió en la nueva alma de la monarquía, profesionalizándose con su llegada, a pesar de todas las dificultades y críticas que enfrentó en el camino. Además, la agencia enfrentó tiempos difíciles debido a los escándalos que rodearon al ex jefe de Estado y al partido abiertamente republicano que se unió a la coalición.
Desde que el 15 de junio de 2005, igualmente como Princesa de Asturias, pronunció su primer discurso en el hecho de amadrinamiento de la Bandera de la Unidad de Acción Rural de la Guardia Civil, inclusive el descompuesto 7 de junio en la entrega de la bandera de la Fuerza de Guerra Naval Especial, Doña Letizia ha articulado un arrollador de 191.
LA RAZÓN, junto con el experto en lenguaje no verbal Valvanuz Sánchez de Amoraga, analiza la evolución de su discurso y su trabajo durante este periodo. «Ha sido siempre una buena comunicadora. Su experiencia como periodista, y el haber estado acostumbrada a las cámaras, le ayudó desde el principio en su papel como Reina consorte».
También agrego: «Ha sido una savia nueva en la Monarquía, que la ha profesionalizado, ha conseguido separar la vida personal, de la profesional, y ella separa totalmente una situación de la otra. De forma totalmente interiorizada, su comunicación y gestualidad cambian. Lo que le resta naturalidad en sus comunicaciones como Reina, se ha convertido en una gran profesionalidad, que realiza su trabajo a la perfección», en el que insiste Valvanuz Sánchez.