Lady Marrdita, la influencer que dice «A la mierda el amor!»

¿Sabes quién es Lady Marrdita? Tras este seudónimo se esconde Florencia Domínguez, una influencer argentina que desde hace años sube vídeos de humor a Instagram. Con apenas 21 años, ha alcanzado la friolera cifra de 941.000 seguidores y más de 295.000 en su cuenta secundaria (@tuflordetoto). Además, es una de las apuestas de Mtmad donde tiene su propio canal, Toxic by Lady Marrdita. Tras superar una relación tóxica, «Lady Marrdita» nació como el alter ego de Florencia. Con peluca y sin filtros, la joven empezó a crear contenido con el único propósito de hacer reír a sus seguidores. Ella es como un libro abierto y para conocerla de verdad sólo hay que mirar más allá de su personaje.

«Haciendo vídeos encontré mi lugar«, cuenta la influencer en su canal. Empezó en Snapchat subiendo vídeos que muy poca gente veía. Sin embargo, no desistió. Su perseverancia, su espontaneidad y su pasión por hacer lo que le gusta son los ingredientes que la han llevado a tener tanto éxito en redes sociales. Y es que hay que reconocer que sus tonterías y payasadas (como ella dice) hacen feliz a la gente.

Lo mejor de Flor es su cercanía en las redes sociales. Te cuenta lo que piensa, lo que siente y lo que ha sufrido en ocasiones. En esto del desamor ya sabéis que es fácil sentirse identificado con alguien. Y lo cierto es que ella dice lo que muchos sienten. Y hacerlo con humor es un plus. Pero su contenido esconde un mensaje más profundo: valórate, quiérete y aléjate de la toxicidad.

Ahora, Lady Marrdita ha publicado su primer libro: ¡A la mierda el amor!: Sé una perra y vive más. «El mundo nos da muchas puñaladas traperas, pero también nos ofrece un montón de cosas fascinantes y es nuestro deber ir a buscarlas como lo que son, auténticos tesoros», añade la contraportada. En él, la influencer pone a tu disposición un consultorio donde desmitifica el amor y da consejos para aprender a quererse a uno mismo. Porque a veces las relaciones tóxicas nos convierten una persona totalmente diferente y es necesario que alguien nos de un empujoncito para dejar atrás la toxicidad.