Todo cinéfilo y cinéfila que se precie está en este momento poniéndose al día con todo lo estrenado durante el año, aprovechando los días de fiesta de las celebraciones navideñas. Compañeros y compañeras del gremio, al igual que amistades apasionadas por el séptimo arte, están confeccionando sus rankings y selecciones de lo más destacable del año. Evidentemente, servidor no iba a ser menos.
Así que, aprovechando hoy 30 de diciembre, rozando la línea de muerte del final del año, haremos un recorrido por las diez películas del año, en cuanto a staying power, calidad y memorabilidad. Aviso para navegantes, hay grandes pendientes del año que todavía están en watchlist, por si acaso echáis de menos alguna favorita vuestra. Igualmente, siempre podéis dejar en comentarios vuestras favoritas de 2024 y os leeré encantadamente.
Como en todo listado, ha habido un puñado de películas que se han quedado a las puertas de este artículo. Qué menos que dedicar este párrafo a aquellas menciones honorables del año. A pesar de haber tenido una recepción tibia por parte del público y la crítica, Gladiator II es un péplum de una diversión notable y consigue hacerse diferente a su predecesora, con una ambientación sin parangón y un reparto estupendo. Del mismo modo, Alien: Romulus logró revitalizar la franquicia gracias a la dirección de Fede Álvarez, que conjuga un tren de la bruja espeluznante que devuelve a los xenomorfos al terreno del terror. Siguiendo la estela del género, Terrifier 3 nos dio un baño de sangre navideño estupendo, a pesar de ser una entrega con menos fuerza que su anterior.
En el terreno del panorama nacional hemos tenido verdaderas alegrías. Cintas como Matusalén o Yo No Soy Esa demuestran que sí se puede hacer cine cómico de calidad en nuestro país, sin recurrir a estereotipos absurdos y carcas. Este año bailamos al ritmo de Disco, Ibiza, Locomia, un biopic loquísimo y tremendamente memorable, al igual que disfrutamos de la música de Los Planetas gracias a ese tour-de-force que es Segundo Premio. Hubo verdaderas joyas como Puntos Suspensivos, un thriller whodunit estructurado en capítulos brillante, o As Neves, una producción gallega tan desesperanzadora como necesaria. Tampoco nos olvidemos de esa inclasificable obra de Rodrigo Cortés, Escape, que mereció mucho más reconocimiento en los premios nacionales. Del mismo modo, el cine histórico, buque insignia de nuestra industria, se hacía un hueco considerable con obras tan interesantes como Tratamos Demasiado Bien A Las Mujeres o Dragonkeeper: Guardiana de Dragones.
Habiendo realizado este paréntesis, es hora de hacer recuento de lo más sobresaliente del año. Esta selección no está ordenada según su calidad ni mucho menos, es un conjunto que comparte la excelencia cinematográfica.
La Estrella Azul (Filmin, Movistar+)
La Estrella Azul es un milagro cinematográfico al que solo se le puede reverenciar. Una película de música donde las canciones y la conexión de esta en nuestra alma juegan un papel fundamental, encapsulado ese sentimiento en la relación entre Mauricio Aznar (Pepe Lorente) y Don Carlos (Cuti Carbajal). En ocasiones no parece que el espectador esté viendo una ficción, sino un documental, por lo natural y humano de su relato. Su desenlace sigue poniéndome los pelos como escarpias a día de hoy.
Jurado 2 (Movistar+, Max)
Si verdaderamente es la despedida de Clint Eastwood a la silla de director, estamos ante un broche de oro a una carrera de leyenda. Eastwood emula al mejor Sidney Lumet en una obra austera, idónea para que el norteamericano la dirija, donde la justicia se pone bajo lupa, destacando los grises de la búsqueda de la verdad. En ella, Nicholas Hoult hace un papel desbordante, acompañado de un reparto de lujo con intérpretes del calibre de Toni Collette y J.K. Simmons. Un filme judicial de los que no se hacen, que plantea dudas y reflexiones mordaces al espectador.
El Llanto
El debut en la dirección de Pedro Martín-Calero constituye una de las cumbres del fantástico de 2024. Una obra aterradora que mezcla ingeniosamente lo paranormal con tintes de creepypasta que evocan a aquellas fotografías de Slenderman de los 2000 que inspiraron historias perturbadoras. Su estructura narrativa es de aplauso y Expósito demuestra que es mucho más que su papel en Élite. El fantástico español seguirá yendo en buen camino con mentes como la de Martín-Calero.
Longlegs
Oz Perkins, hijo del actor Anthony Perkins, ya era un conocido en el terreno del fantástico y el terror con obras como Gretel y Hansel: Un Oscuro Cuento de Hadas, pero su madurez como cineasta se palpa en su mastodóntica Longlegs. Más allá de un terrorífico papel de Nicolas Cage, la película triunfa en ser un combustible de pesadillas gracias a una ambientación muy cuidada, un cambio tonal arriesgado pero poderoso y la fuerza interpretativa de Maika Monroe. Eso sí, desconfiad de quién os la vendiera como la nueva El Silencio de los Corderos. Tiene más de cintas como Cure o The Empty Man.
La Sustancia
Otro cinéfilo que ha sido encandilado por la fábula de Coralie Fargeat, consagrada con La Sustancia como una de las cineastas más interesantes del panorama fantástico internacional. Una obra apabullante que consigue traer temas del mejor Brian Yuzna al mainstream, con una visceralidad arrebatadora y las actuaciones impresionantes de Demi Moore y Margaret Qualley. Su estilo visual es de los más memorables del año y su mezcla ingeniosa de drama, terror y comedia es un acierto absoluto.
Anora
Sean Baker se alzó con la Palma de Oro en el Festival de Cannes, un galardón más que merecido teniendo en cuenta el fenómeno que supone Anora. Una fábula de sueños rotos y amores imposibles cuyo desarrollo no deja indiferente a nadie, integrando momentos dramáticos en una historia divertidísima donde Mikey Madison hace una de las mejores interpretaciones del año, aunque tampoco olvidemos el excelente papel secundario de Yuri Orlov, que estará presente en los premios venideros. Una simbiosis fílmica genial entre Pretty Woman y After Hours.
Megalópolis
Sí, soy uno de esos soñadores que cayó enamorado del hechizo de Coppola con su Megalópolis. Quizá en ocasiones Coppola vuele demasiado cerca del Sol, homogéneamente al personaje mitológico Ícaro, pero, mediante su visión de una nueva Roma similar en forma a EEUU, logra no solo brindar una experiencia cinematográfica única, sino hacerlo llevando el arte fílmico a cotas de espectacularidad inauditas. El testimonio cinematográfico inmortal de una leyenda viva del género que logra plantear serias dudas sobre el futuro de nuestro planeta y contar una historia que toca la fibra.
La Primera Profecía (Disney+)
Estamos ante, sin ninguna duda, la Capilla Sixtina del terror del siglo XXI. Una obra maestra inconmensurable que consigue rivalizar a una película tan legendaria como su predecesora, La Profecía (1976). Arkasha Stevenson plantea una precuela como pocas veces se ha visto, tomando referentes magistrales como La Posesión (1981) para brindar al espectador con una historia terrorífica, perturbadora y, al mismo tiempo, de una belleza deslumbrante. Palabras mayores es, además, el papel de Neil Tiger Free, cuyo papel traspasa la pantalla.
Sangre en los Labios (Filmin)
Rose Glass propone un thriller pulp tan violento y salvaje como memorable y bello. Sangre en los Labios es de esas películas que no necesitan un presupuesto desmesurado o muchos personajes para cautivar al espectador. Solo se necesitó un dúo protagonista, Kristen Stewart y O’Brian, que es química en estado puro, una deliciosa fotografía y la dirección de una cineasta prometedora que exprime al máximo todo lo planteado en su guion.
Horizon: An American Saga – Capítulo 1 (Max)
Todo escritor cinematográfico, aunque intente todo lo posible por ser objetivo, depende siempre de su mirada personal, sus sentimientos y su experiencia. 2024, además de haberme brindado con numerosas maravillas pendientes, ha sido el año que me ha descubierto el western, género cinematográfico poco explorado por mi persona. De esta manera, el estreno de Horizon llegó en un momento donde no quería irme de ese horizonte norteamericano, de esas historias de valía, coraje y honor. ¿Una película de tres horas protagonizada y dirigida por Kevin Costner sobre la «conquista» del Oeste? Era su público objetivo.
Horizon no es perfecta, ni por asomo. Peca de una puesta en escena algo convencional que no deja brillar a su excelente fotografía y no ayuda que en sus tres horas se propongan tramas que no llegan a ningún lado (quizá en alguna de sus tres secuelas esto llegue a buen puerto). Sin embargo, la película de Costner constituye una de mis experiencias en sala de cine favoritas de este año, y ese sentimiento tan atesorado de júbilo al salir de un cine es mucho más valioso que unas imperfecciones que algún crítico o crítica con mejor prosa analizará brillantemente.