Las claves para tener una piel perfecta

Normalmente asociamos un buen cuidado de nuestra piel con productos de alta gama, pero realmente el truco reside en ser constantes y hacer de los cuidados faciales y corporales un ritual de belleza para cada día.

Debes saber que para lucir una piel perfecta no solo tenemos que poner atención en los cuidados y cosméticos que usamos, también es necesario que nuestra alimentación sea saludable y equilibrada, consumir frutas y verduras y mantenernos hidratados. Por otro lado, el alcohol y tabaco no son factibles para nuestra piel.

El ritual del que os hablamos comienza desde el momento en el que nos despertamos. Debemos evitar el agua demasiado caliente, ya que deshidrata. Lo mejor es usar agua tibia o fría, que activarán la circulación sanguínea y nuestros poros se cerrarán. Seguido de esto, seca el rostro con una toalla suave y a toques.

La hidratación es uno de los factores que más influyen en el estado de nuestra piel, una piel hidratada estará sana y elástica. Por eso es importante elegir hidratantes que se adapten a cada tipo, acompañadas de una aplicación diaria con suaves masajes. Si tienes dudas con tu tipo de piel y con los productos que usar, puedes acudir a un asesor de cosméticos que te facilitará toda la información. Hidrata tu piel 2 veces al día, una por la mañana, antes de maquillarte o salir de casa, y otra antes de ir a dormir cuando tu rostro esté completamente limpio.

La fotoprotección. Hemos dejado el verano atrás, pero esto no significa que ya no debamos proteger nuestra piel de las radiaciones solares. Utiliza siempre una hidratante con alta protección solar, sea verano o invierno. De esta forma protegeremos la piel de agresiones externas y de posibles manchas o rojeces.

La limpieza. Una de las claves más importantes para mantener nuestra piel en buen estado, ¿te desmaquillas todos los días antes de ir a dormir? es imprescindible que el rostro esté completamente limpio antes de acostarnos. Es mucho mas sencillo y rápido de lo que parece, selecciona un agua micelar o leche limpiadora y elimina todo el maquillaje con la ayuda de algodones. Hazlo de forma suave y pon gran atención en los ojos.

La exfoliación. Según el tipo de piel que tengas deberás usar un tipo u otro de exfoliante, es muy importante que conozcas bien tu piel y el producto que vas a usar. No debemos exfoliarnos todos los días, pero 1 o 2 veces por semana sí es aconsejable, ya que eliminaremos las células muertas que se acumulan en la capa superficial de la piel. Con la exfoliación conseguiremos que nuestros poros se limpien y nuestra piel esté más lisa.

Por último…¡no olvides el cuello! Es el gran olvidado, pero acostúmbrate a limpiarlo, hidratarlo y masajearlo para evitar posibles  arrugas.