‘Las distancias’, una historia auténtica de Elena Trapé que no te dejará indiferente

El 21 Festival de Málaga parece encontrar sabor en este mar insulso, y es que ‘Las distancias’, de Elena Trapé nos hace evadirnos por un momento del mundo en que vivimos para sumergirnos en esta historia tan corriente, pero que a la vez puede ser tan real y no por ello inapetente, que no merece pasar desapercibida.

Cuatro amigos viajan a Berlín para hacer una visita sorpresa a un quinto amigo por su 35 cumpleaños. Desde el primer momento en que estos cuatro llegan a la casa del amigo, ya notamos la incomodidad de este. Al principio todo parece una reunión de antiguos amigos de la universidad pero inconscientemente notamos poca complicidad entre ellos. Parece que no todo es como siempre. En estas casi dos horas de película descubrimos las relaciones de amistad que tiene este grupo de amigos: las intenciones e intereses de cada uno y las rencillas de otros.

‘Las distancias’, un título tan acertado y tan triste a la vez. Esta película de Elena Trapé nos deja un amargo sabor de boca de querer saber más, de querer llegar al final. Esta película nos brinda de la magnífica interpretación de Alexandra Jiménez, quien encarna el papel de Olivia y quien parece llevar el leve protagonismo de esta historia coral.  Olivia es una mujer embarazada que movió a todo el grupo de amigos para ir a visitar a Alex, interpretado por Miki Esparbé, quien manifiesta perfectamente la dejadez y desánimo de una persona que no tiene proyecciones de futuro.  El reparto se completa con Bruno Sevilla, María Ribera e Isak Férriz, quienes consiguen retratar otras personalidades necesarias en todo grupo de amigos.

Durante la película descubrimos cierta complicidad entre Olivia y Alex y se podría decir que incluso al principio podemos notar ciertas miradas que pasan desapercibidas. Muchas personas se han tenido que sentir identificados con el personaje, puesto que todos hemos sentido esa frustración alguna vez en nuestra vida. Es una película que no te deja fuera de la historia en ningún momento. El gran peso de esta reside en el guión y en la naturalidad de los actores. No podría haberse escogido un elenco mejor. Todo el filme va cobrando sentido conforme avanza pero esperábamos una explosión de información al final y nos quedamos con ese nudo en el pecho. Quizá sea eso lo que la hace tan atractiva y de lo contrario, si nos lo hubieran dejado todo mascado al final se trataría solo de una historia más.

La dirección de fotografía y las localizaciones acompañan muy bien a la historia, puesto que el invierno frío de Berlín incorpora sus colores grises a esta historia. El uso de cámara al hombro te envuelve más en la historia y el uso de planos largos y en movimiento acompaña a la introspección del personaje. Cada uno de ellos tiene su momento en la gran pantalla con un plano largo y no se hace aburrido, puesto que nos aporta información acerca del personaje y sus emociones.