Apenas quedan unos días para despedir a la primavera y dar la bienvenida al verano. Una estación que llevamos en el corazón porque es el momento en el que nos damos un respiro, cogemos unas vacaciones y sacamos a relucir nuestro lado más aventurero y alegre. Teniendo en cuenta la realidad que nos atañe, este año será un poco diferente pero no por eso debe ser peor.
El cine ha sabido llevar muchas de sus producciones a este momento del año, famosos son aquellos “amores de verano” representados hasta la saciedad en las películas. Verano es sinónimo de historieta, de disfrute y de caminar por senderos que no han sido pisados, llevándonos a un sinfín de hallazgos.
Un campamento es quizás una de las cosas que definan a esta estación. Moonrise Kingdom del genio Wes Anderson, sitúa la historia de amor de dos niños en un campamento. Su desarrollo llevará a los jóvenes a huir de los monitores para vivir su enamoramiento de la forma más pura y libre posible. Un alegato sobre la búsqueda del amor y de los sacrificios que conlleva, todo contado en clave cómica, al más puro estilo Wes Anderson.
Cuenta Conmigo de Rob Reiner incide en la idea de los recuerdos del verano. La película comienza con un padre que rememora uno de los veranos que más le marcaron en su infancia. La película basada en un libro de Stephen King, cuenta la historia de un grupo de adolescentes que deciden salir a la búsqueda de un muchacho desaparecido. Al final, la aventura se convierte en una historia sobre la amistad y de los lazos que unen a los amigos cuando la única preocupación es crecer e ir a la escuela.
La historia del primer amor de Elio con un joven mayor que él, Oliver, en Call me by your name encandiló al público y a la crítica en el momento de su estreno. La cinta se ambienta en Italia durante el verano de 1983, con la naturaleza verde y un sol de justicia que solo hace elevar la tensión romántica entre ambos personajes. Pero si hay una escena realmente emotiva, es el discurso que ofrece el padre a Elio confesando que lo que ha vivido es algo único y que muy pocas personas han tenido la oportunidad de conocer al amor de su vida.
Una propuesta diferente e irreverente es la película que Ari Aster estrenó el año pasado titulada Midsommar. La cinta se centra en un grupo de amigos veinteañeros que deciden pasar una semana de vacaciones junto con una secta religiosa en Suecia. Lo que al principio parece una festividad alegre y normal, pronto se tornará en un relato macabro con sacrificios y muertes.
Terminar con una película que habla del ocaso del verano y cómo a veces, el final de una estación puede suponer el fin de un ciclo. Antes del anochecer es la última película de la trilogía creada por Richard Linklater que sigue el paso de los años de la relación entre un hombre estadounidense y su amada parisina. La cinta nos sitúa al final del verano en Grecia, la pareja se dispone a disfrutar del último día de sus vacaciones. Sin embargo, lo que en las dos anteriores películas era amor, el exacerbado entusiasmo de conocer a alguien con el que congenias, los primeros pasos inocentes que te adentran a una relación de amor. Toda esa felicidad desaparece con el tiempo, o al menos eso es lo que narra la película. Lo que antes resultaba agradable, con el tiempo se convierte en tics que te desesperan. A lo largo del film, acompañamos el devenir de esta pareja con sus diálogos existenciales y filosóficos (que no vacuos) a través de una jornada llena de melancolía y tristeza. La cinta nos da un puñetazo en la cara para descubrirnos que el amor no es imperecedero y que la costumbre pudre la pasión. Toda una obra maestra.
El verano tiene multitud de sabores y sentimientos. Otras películas sobre esta estación son Adventureland, The Kings of summer o la popular, Grease. Lo cierto es que todas estas películas tienen un aroma realista que nos hace identificarnos y sentir emociones cercanas a los personajes. Así que, este año más que nunca daros un baño intelectual y disfrutar de las anécdotas.