Es la primera vez que vengo a un desfile de Maya Hansen. Conocía su trabajo, pero por circunstancias atenuantes, nunca he podido venir. Supongo que siempre hay una primera vez para todo.
El hall del espacio B the travel brand Experience está atestado de gente que ha venido a ver (en exclusiva) su nuevo trabajo, Arty Globetrotter. Nos recibe con una limonada bien fresquita, hace mucho calor. Paloma González sonríe, esta noche animará la fiesta. Es la DJ.
Siguen llegando más invitados. Entre las celebridades destacan la actriz Lucía Ramos, la periodista Flora González, Adriana de Maestros de la Costura, Jesús Reyes, Sonia de Sweet California, Agatha Ruiz de la Prada, entre otras.
El show comienza 26 minutos tarde, un retraso considerable; pero quizás algo justificado, ya que cuando la música comienza y los invitados impacientes ocupan sus asientos, todo empieza a cobrar sentido. O no, porque Maya Hansen nos sumerge en un universo creativo en el que aparece la figura del viajero, la de ese trotamundos que recopila fragmentos visuales y culturales de países como México, Rusia, Estados Unidos, Dinamarca, España, Islandia… Arty Globetrotter es una colección repleta de referencias artísticas y de características históricas.
Los diseños están llenos de locura y color. Hansen vuelve a rescatar la corsetería, proponiendo diseños que parecen sacados de un cuento (o de un musical bueno). Y en este show hay espacio para todos. El inicio es algo más soft, pero pasados los primeros looks, la fantasía propia de la locura aparece en escena. Estilismos repletos de vivacidad, otros más darks; incluso hay espacio para la inocencia materializada en colores pastel y superposiciones de tul. Antes de finalizar el show, Hansen descubre propuestas blancas que nos hacen recordar a las novias. ¿Se casaría alguien así?; no puedo evitar preguntarme.
La colección ha sido confeccionada con materiales reciclados como el látex, proveniente de marionetas infantiles, cestería, lana hilada por los antepasados de la propia diseñadora en Dinamarca, redes de pesca reutilizadas, fieltro húmedo modelado en México, trozos de sábanas y camisas para conformar tapices, denim reciclado, o plástico biodegradable para impresión 3D. Todo ello para reinventar la arquitectura del corsé.
Las modelos desfilan ante la atónita mirada de muchos de los presentes, aunque alguna no parece tener muy claro el recorrido, también las hay con afán de protagonismo. No obstante, el ritmo del desfile no está mal del todo.
Maya Hansen saluda tras su última propuesta. El público aplaude enloquecido. El show ha llegado a su fin.