Las vermuterías están de moda (y la de ‘El Gato Canalla’, más)

Hay algo que debes saber, urbanita; y es que, por si no lo sabías, las vermuterías están de moda. Y más que nunca.

Porque Sarah Jessica Parker, alias Carrie Bradshaw, no se pasó todas las temporadas de Sex and City bebiendo Martini para que pases ese detalle desapercibido. Y lo mejor es que, haga frío o haga calor, el vermut es la bebida perfecta para cualquier hora del día (o de la noche).

Además, vamos a recomendarte dónde tomarlo: en el Hotel índigo de Madrid, porque este hotel, tras su reforma, se ha convertido en una Vermutería de aires castizos con un toques contemporáneos, divida en tres ambientes y con una oferta gastronómica con la que te chuparás los dedos, palabra de editora.

¿Te contamos un secreto? Te vas a enamorar, porque entrar a El gato canalla’ es dejar atrás el bullicio de Gran Vía. Es dar lugar a un oasis castellano donde la gastronomía madrileña es la joya de La Corona.

Te descubrimos otro detalle que tienes que saber sí o sí: no te vas a quedar con hambre – ¡prometido! –, porque El gato canalla es generoso con sus raciones. Y tendrás de todo, desde embutidos como jamón ibérico o patatera a encurtidos, quesos al corte o gilda de boquerones. ¿Una recomendación para ir abriendo el apetito? La tabla mixta, ideal si sois 4 personas, o para dos si solo vais a picar algo.

Si hablamos del plato estrella, no podemos no mencionar sus bocadillos. Sí, sí, bocadillos. Porque además de ser una delicia, están nombrados según los barrios de la capital que han inspirado esta idea.

Tenemos el bocata Chamberí, con morcilla patatera de Extremadura con queso de tetilla gallego y miel de caña; el Moncloa, de pulled pork con piña, maíz, rúcula y lascas de parmesano; el Malasaña, con salmón ahumado y verduras gratinadas con mahonesa suave de kimchi; o favorito, el Plaza Mayor, de chipirones en tempura de pimentón, ali-oli de tinta de calamar y lima.

Aunque, sin duda, nuestro favorito fue Salamanca, un bocadillo con jamón ibérico de cebo con burrata, pesto y albahaca; una delicia para cualquier paladar.

En definitiva, un lugar donde pasar un buen rato, comer rico y comer bien. Solo te falta una cosa: la buena compañía. Por lo que, dicho esto, solo puedo añadir que pasen, vean, coman y disfruten de las tapas de El Gato Canalla del Hotel Índigo de Madrid.