Una de las cosas que más nos enamora del teatro es que siempre está vivo. La magia del directo provoca que muchos prefiramos este arte de inmediatez, vivacidad, improvisación y tensión dramática. La expectación de no saber a ciencia cierta lo que va a ocurrir en un pase, engancha. La gran pantalla está bien, pero en el teatro no hay segundas oportunidades. Solo hay una toma y tiene que salir bien.
Para que la trama sea creíble hace falta mucho ensayo, química, ambiente y talento. Otro de los elementos de carácter esencial que posee y que debe poseer una buena obra de teatro es el vestuario. Parece una tontería, pero un vestuario pensado minuciosamente y una buena caracterización es lo que ayuda al espectador a poder situarse sin problemas en la historia, lo que carga a los personajes de valor y lo que, en cierta medida, facilita al actor la intromisión en su papel.
El vestuario de «Los Cuerpos Perdidos» corre a cuenta del diseñador español Leandro Cano. Tras ganar el Vogue Who´s On Next España de 2017, el artesano se atreve a crear una caracterización opulenta que nos ha sorprendido a todos. Nunca se había visto nada así. Trasladar la moda a un entorno sociocultural es una hazaña que muy pocos logran llevar a cabo. No es una tarea fácil. Sin embargo, Leandro Cano, reconocido por la reiteración de la idea de que la moda es la mejor vía de libertad de expresión, lo ha conseguido. Esta obra es una creación de teatro-danza y música producida por el Teatro Español de Madrid.
Es una obra que, sin duda, promete. El argumento rota en torno a la denuncia de los asesinatos femeninos de la Ciudad Juárez. Es una llamada de auxilio, un grito cargado de exasperación ante el feminicidio incesante. «Los Cuerpos Perdidos» corre a cargo de la dirección de Carlota Ferrer y está representado por actores de la talla de Verónica Forqué, Julia de Castro, Conchi Espejo, Paula Ruiz, David Picazo, Cristóbal Suárez, José Luis Torrijo, Jorge Suqet, Carlos Beluga y Guillermo Weicker. Sus cuerpos se enfundarán en esas piezas de volúmenes monumentales que tanta presencia centran en la importancia de las raíces y del color rojo. El vestuario muestra mucho de la personalidad del que ya se ha convertido en una de las figuras más relevantes del diseño español, y como el propio Leandro Cano afirmó: «este reto esto no se trata de una colección más, sino de traducir en piezas algo tan complejo y dramático como la violencia ejercida sobre las mujeres.»
Solo por eso, ya merece la pena ir a ver semejante espectáculo.