Un año más la moda más flamenca se ha dado cita en la pasarela Simof, uno de los exponentes más potente de trajes flamencos, que temporada tras temporada va ganando popularidad y prestigio en este sector.
Lina 60 ha sido la encargada de dar el pistoletazo de salida a esta edición 2017 que promete ser la mejor de su historia.
Treinta y ocho trajes componen su ‘Manifiesto’ de amor al oficio de la costura y a la moda del Sur, que comenzó con Desiré Cordero envuelta en mikado de seda rojo y negro.
En volantes, casi de todo: pequeños, medianos y grandes, de capa, de pico o en cascada, siempre, con el movimiento característico de la firma, al que contribuyen las enaguas de organdí con encaje de bolillo, cintas y tira bordada.
Mangas en todas sus variedades: abullonadas al codo, largas con pequeños volantes, o de otros tamaños y formas, daban vida a unos diseños que servían de adelanto de lo que se verá próximamente en la esperada Feria de Abril.
Entre sus propuestas destacan los trajes dos piezas, con destacadas faldas brocadas de talle alto y blusas de gasa con diferentes cortes y adornos tales como, bordados, perforados y brocados.
En cuanto al material de sus diseños, Lina utiliza algodón, popelín, seda, batista perforada, crespón, brocado, gasa, organza, tafetán, raso de algodón y mikado de seda, lisos y de lunares, estampados y flores, en una amplísima gama de colores. Completa con mantones lisos de crespón o seda bordados, exclusivos y artesanales, y con las gitanillas de latón esmaltadas de Benjamín Bulnes, pendientes de aros de motivos florales y piedras naturales.
Tras Lina 60, Pilar Vera, que con ‘A la pintura’, demostró porqué es uno de los nombres imprescindibles de la moda flamenca actual.
Una desfile donde la pintura costumbrista sevillana del siglo XIX sirvió de marco para presentar su nueva colección en la que destacan los tejidos de estampados florales en los que los talles son altos, los escotes se abren -bañera- y las faldas muestran gran caída. Elige algodón y viscosa que otorgan movimiento, y completa con mantones bordados.
Pero la aclamada diseñadora quiso dar un pasó más allá y presentó en una segunda parte del desfile la visión más pop de la moda flamenca; colorido y geometría, vestidos enterizos y dos piezas, estampados y de vivos lunares sobre fondo negro. Volantes para amplias faldas de capa y grandes vuelos, escotes profundos, asimetrías y una manga larga que se mantiene con fuerza como tendencia indispensable. Complementos de Lamágora y zapatos pintados a mano de Reyes Martín.
Moda, flamenco y arte puro de la mano de estas dos diseñadoras que poco a poco van abriendo horizontes en un campo donde queda mucho por descubrir y por mostrar: la moda flamenca.