Desde que somos pequeños hemos visto el amor desde diversas perspectivas. Las películas nos cuentan una historia romántica de cuento de hadas con final feliz. Los cuentos muestran el amor de una manera más inocente e infantil. Y, a medida que crecemos, cambian los modos de ver el afecto y nuestra opinión sobre ese sentimiento. Cuanto más mayores somos, más nos damos cuenta de las cosas y de lo que es importante de verdad. Sin embargo a veces nos decepciona conocer ese concepto ya que esperábamos algo diferente.
Siendo adolescentes comienzan a llamarnos la atención las personas, nos da curiosidad saber qué es lo que se siente cuando otra persona se preocupa por ti. En estas edades vienen las primeras desilusiones, ya que nos encontramos en una etapa de maduración. Es un periodo en el que se producen muchos fallos. Por lo tanto, podrían producirse los primeros desamores y los primeros corazones rotos. Aunque es importante entender que mucha gente piensa que la persona con la que ha sentido verdadero amor es su primer enamoramiento. Lo que no saben es que años más tarde van a mirar hacia atrás y no van ni a recordar esa historia.
En el comienzo de la veintena las personas empiezan a plantearse su existencia, su futuro y, sobre todo, quiénes van a formar parte de ese futuro. Actualmente la presión social no es tan dura como antes, pero todavía hay comentarios que te incitan a tener pareja. Se te va a pasar el arroz es uno de los más usados y, depende del tipo de personalidad que poseas podría sentarte de distinta forma. Como antes estaba bien visto casarse a una edad muy temprana, ahora los mayores ven raro que con 28 años no hayan encontrado a esa persona ideal.
Además, nuestra generación está mucho más preparada, antes no se imaginaban salir con más de dos chicos en tu vida. Ahora, y normalmente, a la mínima sabemos diferenciar cuáles son las red flags que más hondean y nos avisan de que algo no está bien. La generación más anciana presume de disfrutar de una vida de casados de más de 50 años. Lo que mucha gente no sabe es que algunas de estas parejas esconden secretos que no tienen nada que ver con el amor.
Y lo principal que destacar sobre el amor como sentimiento es que debemos encontrar el amor bueno. Ese es aquel que no duele, no te controla y te cuida. No el que es celoso, controlador y violento. No hace falta ni hablar de que en cuanto aparezca cualquier señal de maltrato, es necesario salir de allí. Muchas veces nos podemos equivocar, nadie es perfecto y puede cometer fallos. Por lo que aparte de disfrutar, es imprescindible aprender y superar lo malo.