Lolita y Luis Mottola vuelven a las tablas del Teatro Quique San Francisco (Teatro Galileo; Calle Galilleo, 39) Llévame hasta el cielo, una función en la que dos personajes que se encuentran en un ascensor quedan fortuitamente encerrados y, durante unas horas, descubren la existencia de un universo mágico en el que lo imposible se convierte en realidad y que impacta en sus vidas, cambiándolas para siempre.
Llévame hasta el cielo, un espectáculo de Lerele Producción, está escrita por Nacho A. Llorente, está dirigida por Juan Carlos Rubio y podrá verse entre el 25 de agosto y el 12 de septiembre a las 21:45 horas. Más información en y venta de entradas en www.teatroquiquesanfrancisco.es
En un formato de comedia con algún que otro tinte trágico y también romántico, la metáfora de este encierro también despliega, sin quererlo, todas las serendipias necesarias para que los personajes alcancen una realidad largamente buscada: su libertad. Quizás, a primera vista, el holograma no sea demasiado evidente pero, detrás de Ángela y de Marcelo, hay varias reflexiones complejas sobre el concepto de libertad desde múltiples perspectivas. Las distintas imágenes de la historia, en superposición, harán que el espectador puedan crear sus propias imágenes sobre una fantasía que, en realidad, se encuentra en la rutina de nuestro día a día, en los telediarios y en las búsquedas personales. Por la naturaleza de la historia, algunas partes de la trama son deliberadamente anacrónicas.
Los personajes son Ángela (50), una elegante y caótica mujer madura; y Marcelo (40), un joven adulto de aspecto cansado y actitud derrotada.
Sinopsis de la obra
Imagina que lo has perdido todo. Imagina que tu vida ha quedado completamente vacía. Imagina que el mundo, las personas y el futuro te han abandonado para siempre. Imagina que no te queda nada por vivir. Nada.
Marcelo está dispuesto a hacerlo. Va a matar a su mujer. Va a matar a su amigo del alma. Va a subir a ese maldito ático que roza el cielo y va a acribillarlos a balazos. Y, después, va a saltar desde la terraza para marcharse de este mundo y seguir persiguiéndolos en el mismo infierno. Pero alcanzar su destino tiene y precio y Marcelo va a tener que pagarlo. En un asfixiante ascensor que se detiene, sin explicación, a cientos de metros sobre el vacío.
Encerrado en ese ascensor con una mujer extraña y desquiciada que parece saber demasiadas cosas sobre él, el tiempo corre y parece que no hay salida hacia su libertad…