La London Fashion Week es la más atrevida de las semanas de la moda internacionales. Sus asistentes juegan con los estilos, los complican y adaptan a su gusto. Las mezclas imposibles de colores, formas, texturas y estampados sobresalen en el asfalto londinense y la extravagancia está a la orden del día.
Los estilismos cruzan el charco y rompen con colores brillantes y estampados llamativos. Los fotografos no pierden detalle y están siempre atentos a los estilismos durante esta semana londinense que año tras año no pasa desapercibida, ni dentro ni fuera de las pasarelas. No han sido otros que los estampados los mayores focos de atención de esta edición, combinados entre ellos de manera casi de película.
Siguel al alza las superposiciones y el ‘excesivo’ uso de capas a la hora de combinar los estilismos, secreto que no falla ya que parece cautivar constantemente la mirada de los fotógrafos.
Otro item que tampoco parece abandonarnos en las calles londinenses son las maxi faldas, ya sean por si solas o formando parte de amplios vestidos, en cualquier estampado y combinadas especialmente con sneakers han sido el fondo de armario para muchas de las it girls allí presentes.
Innegablemente la tendencia más popular de esta semana de la moda han sido los accesorios en el pelo. Desde pasadores de perlas a lazos, cintas de pelo de Prada, los reconocibles clips de diamantes de Ashley Williams… los 90 están de vuelta con mucha fuerza.
Desde tenis con pinta de abuelo a bolsos de mano diminutos, pasando por plumones y botas de cowboy, la LFW es por sentado la fuente de inspiración para la próxima temporada de la élite de la moda.