Con la llegada del frío es inevitable empezar a pensar en ese momento del año donde el ambiente se llena de luces, ilusión y amor, pero sobre todo de magia, mucha magia. La Navidad, tan amada por unos y tan odiadas por otro, es un momento único, y cuando llega todo se vuelve más especial. Para los que amamos esta época y ansiamos su llegada, todo acto preparativo se vuelve motivo de celebración que nos recuerda que cada vez falta menos, y nos despierta la esperanza tan bonita de esta festividad. Si eres de esas personas que empieza a tararear villancicos a principios de noviembre, para las que montar el árbol o el portal de Belén es todo un evento, o de las que santifican el turrón y los mantecados por encima de todas las cosas, sabrás que una de las cosas más especiales de este momento, que prepara el cuerpo como nada lo hace, son los mercadillos navideños. Productos de artesanía, gastronomía, regalos o figuras para el Belén inundas las calles de pueblos y ciudades de todo el mundo, acompañados de un hilo musical adecuado al momento, y crean una atmósfera que nos indica que ya está aquí la tan esperada Navidad.
En Hoy Magazine queremos hacer la espera más corta y comenzar a preparar el cuerpo trayéndoos algunos de los mercadillo navideños más impresionantes de Europa que despertarán tus ganas de vivir una Navidad diferente en cada punto del continente.
El mercadillo navideño más antiguo de Europa se encuentra en la Plaza de la Catedral de Estrasburgo, inaugurado en 1570 y considerado Patrimonio de la Humanidad. En él encontraremos más de 300 puestos de, entre otras cosas, artesanías, productos en madera y decoraciones para la fecha, ambientados con coros de villancicos. Además, cuenta con la zona OFF, que promueve el comercio justo y que cuenta también con más de 100 organizaciones humanitarias que promueven la solidaridad y los valores también propios de la Navidad. Como curiosidad, este mercadillo lleva cada año un país invitado para exponer sus productos.
Otro de los mercadillos más famosos y reconocidos es el de Nuremberg, en Alemania, situado en la plaza del mercado de esta ciudad. Una gran variedad de productos están disponible al visitante en estos puestos, incluyendo una amplia oferta gastronómica donde no pueden faltar las salchichas típicas de la zona o el vino caliente especiado. Debido a su estética, este mercadillo es conocido como “el pueblo de madera y tela”, lo que, junto con la música y las luces, añade un encanto especial a la ocasión. Además, es característico de este lugar la figura del Ángel de la Navidad, una chica que durante dos años ocupa este cargo, y que se encarga de representar la fecha y llevar su encanto a distintos puntos de la ciudad.
En Londres, además de esta tradición, podemos encontrar un parque temático en Hyde Park, y es que el conocido Winter Wonderland cuenta con más de 15 hot spots con mercadillos inspirados en otros países, pero también con espectáculos, atracciones, karaoke y hasta una recreación de un pueblo alpino. Sin duda, una forma innovadora de preparar la alegría de la ocasión.
El mercadillo de Zagreb ha sido durante 3 años consecutivos reconocido como el mejor mercadillo, y no es un título que le haya caído en vano, pues, además de un encanto inigualable, cuenta con otras opciones como pista de hielo, una rica tradición de árboles de navidad o un belén viviente de lo más carismático, todo ello impregnado del aroma a la comida tradicional del lugar. Una Navidad que captura la más pura esencia de la ciudad croata.
Sin duda, los belenes son un símbolo irrefutable de este momento y en Graz (Austria) lo saben bien, pues desde 1996 destacan por la inmensidad de su belén a tamaño real realizado en hielo. Pero no solo cuenta con ello, sino que también posee alternativas como conciertos en calles, mercadillos e iglesias, además del peculiar desfile de Krampus y Perchtenlauf, unas figuras terroríficas del folclore alpino que vigilan y amenazan a todos los niños que no se hayan portado bien durante el año.
Las plazas de Praga también se visten de gala para la ocasión. Una ciudad que ya de por sí destaca, indudablemente, por la magia que desprenden sus calles, incrementa este poder y belleza con las luces, los villancicos y el aroma gastronómico que dejan los puestos repartidos por toda la ciudad, incluido el mercadillo que se encuentra en el interior del castillo.
Otra ciudad que nos transportará al más puro estilo del “cuento de Navidad” es Copenhague y el mercadillo de Tivoli, que lleva celebrándose desde 1834, y que conserva ese aire nostálgico y elegante que remite a sus orígenes de realeza. Allí podremos encontrar un sinfín de puestos y actividades para toda la familia, además de poder visitar el mercadillo de Christiania, inspirado en el mundo oriental.
París, la ciudad de la magia y de la luz, no puede pasar desapercibida en una ocasión así, y haciendo gala de su majestuosidad encontramos múltiples mercadillos repartidos por toda la capital francesa. Destacan especialmente el Mail Branly, a los pies de la Torre Eiffel y siempre concurrido de turistas y locales, además del mercadillo de artesanía de Notre Dame. Sus calles se llenan, también de chanteurs de rue y espectáculos de marionetas, aunque sin duda el acontecimiento más especial son los más de 10.000 metros de la Village de Noël, una sucesión de luces y mercadillos situada en La Défense.
En España contamos también con una rica tradición de mercadillos artesanos y gastronómicos, belenes vivientes y villancicos de nuestra tierra que evocan recuerdos de esta fecha tan singular. Son muchas las ciudades y pueblos que cuentan con estos eventos y que alcanzan ahora un encanto aún más especial, algunos de enorme fama, como el mercadillo de la Plaza Mayor de Madrid, que cuenta con más de 100 puestos y que guarda los aires castizos de los mercaderes navideños que, durante el S.XIX, se asentaban allí.