Uno de los mejores directores de los últimos tiempos es Ridley Scott, el cual nos ha dejado grandes joyas cinematográficas que el mundo del cine siempre tendrá en su memoria. Cineasta con una gran personalidad en su trabajo, un manejo del suspense a la altura de pocos y experto en crear atmósferas terroríficas. Maestría a la hora de recrear épocas pasadas y habilidad a la hora de manejar grandes escenarios y multitudinarias producciones. Debemos mucho a este genial director, a continuación, vemos sus obras más importantes.
Alien, el octavo pasajero (1979). Obra maestra del género de terror y de la ciencia ficción. Increíble juego de suspense y momentos de terror con un ritmo frenético, sobre todo gracias a las apariciones de la criatura alienígena. Dirección sublime, actuaciones memorables, efectos especiales rompedores y un clima de terror con el que toda una generación sufrió las pesadillas provocadas por Ridley Scott.
Blade Runner (1982). La piedra angular de la ciencia ficción y revolucionaria visión ética y filosófica del futuro. Posee una fuerte carga simbólica en relación al poder que tiene el ser humano sobre la vida. Protagonizada por Harrison Ford, Sean Young y Rutger Hauer. Ridley Scott se muestra soberbio en cuanto a la dirección. Cuidada y exquisita fotografía, planos muy interesantes y escenas memorables. Éxito rotundo.
Thelma & Louise (1991). Película de culto, sobre todo para el feminismo, ya que la historia trata sobre la libertad de la mujer. Se usa la violencia a modo de denuncia para tratar de equilibrar la balanza de género. No es el mejor trabajo del director, pero posee una trama atrevida y un final duro. Se vuelve a notar la calidad de la dirección, ya que el uso de planos, el ritmo o la fotografía son detalles que enriquecen el filme.
Gladiator (2000). Ridley Scott mostró sus múltiples competencias con una de las mejores películas de la historia. En este caso tuvo que trabajar con un guion muy escaso que fue improvisándose en pleno rodaje. Una producción de dimensiones asombrosas, con imágenes únicas, actuaciones de gran calado y una sofisticada calidad técnica. La película acabó consagrándose como una de las grandes joyas del séptimo arte.
Hannibal (2001). Ridley Scott se atrevió con la segunda parte del macabro universo de Hannibal Lecter. La trama te mantendrá en tensión durante toda la película y la actuación de Anthony Hopkins resulta sublime. La mano de Ridley Scott en la dirección es notable, ya que crea una atmósfera perfecta de terror y suspense. Su clase y su calidad se basa en la maestría a la hora de afrontar proyectos arriesgados
El reino de los cielos (2005). Increíbles escenarios y asombrosas escenas de batalla, pero a veces se ignoran los aspectos más obvios. Las actuaciones no estuvieron a la altura deseada, a pesar del reparto; Orlando Bloom, Eva Green o Liam Neeson. La trama es algo confusa, el metraje excesivo y la ambientación no fue acertada. El atractivo visual y la acción tapan las vagas actuaciones y aceleran los 144 minutos de historia.
American Gangster (2007). Thriller policiaco, un drama con violencia y suspense. En este caso, la dirección queda opacada por las actuaciones tanto de Russell Crowe como de Denzel Washington. Quizá un título no tan famoso dentro de la filmografía de Ridley, pero resulta ser una propuesta de una calidad envidiable, con una historia emocionante y unas actuaciones dignas del mejor Hollywood.
Robin Hood (2010). Historia de un personaje que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. La trama adquiere matices políticos y no tantos momentos de aventura. Proyecto que pasó desapercibido, momentos aburridos y con un metraje muy extenso. El protagonista no se luce lo suficiente, pero sí que logra captar el espíritu del trepidante arquero. Se nota la calidad en la dirección por abarcar otro proyecto de gran magnitud.
Prometheus (2012). Para muchos esta entrega desprestigió el universo de alien por su trama y su juego temporal. El salto de calidad en la imagen y los efectos especiales fue notable respecto a las anteriores entregas. Quizá el director flaquea en ciertas partes del metraje, ya que ciertas subtramas carecen del sentido necesario, pero vuelve a sorprender con su detallada técnica y su forma de crear ciencia ficción.
Marte (2015). Historia de supervivencia de un astronauta que se queda atrapado en el planta rojo. El cineasta logra mezclar comedia y drama en un reto personal de supervivencia. Todo gira en torno a la posición de la humanidad en el universo y al miedo a lo desconocido. Genialidad técnica, ritmo en la trama y armonía visual. ¿Eres capaz de acompañar a Matt Damon en esta aventura?
Como acabamos de comprobar, Ridley Scott posee auténticas joyas del séptimo arte, todas ellas películas de culto que todo buen cinéfilo debe de ver, al menos, una vez en la vida. Muchos de los filmes son clases magistrales sobre cómo dirigir un proyecto complicado y conseguir alcanzar el éxito.