Lucía Hoyos tuvo que abandonar la casa de Gran Hermano Vip anoche, en la tercera expulsión en lo que va de programa, mientras Julián y Carlos Lozano consiguieron librarse.
Tras una agradable experiencia siguiendo cada jueves las galas de Gran Hermano 16 el año pasado, ahora han concedido el gran honor a un servidor de ver cada gala de esta otra versión del reality.
Mientras la que formó parte del casting de Allí abajo tomaba rumbo al plató para alegría de Julius, tocaron varias pruebas que, para ser la primera vez que veíamos la gala, hacían comparar cuál de los dos programas brillaba por sus contenidos.
Para digerir bien la cena, los concursantes tuvieron que nominar mientras empujaban su cabeza hacia una peluda y grasienta panza, contra la que tenían que evitar tocar. La mayoría (o la totalidad) de ellos acabó con su rostro empringado, en especial Rappel, quien parecía que estaba relajandose en la pringosa carne.
En cuanto a la llamada «puerta negra», en esta ocasión escondía una sala con tres bañeras en las que había distinto contenido para cada uno de los concursantes. En la primera ronda contenían sangre para Sema, vómitos para Charlotte y espaguetis para Julían, donde se tendrían que sumergir. Julián, quien aseguró que «le cayeron todos los espaguetis en los huevos», quizás pasó un delicioso momento.
En la segunda ronda, Rappel se tendría que bañar en gusanitos salados; Rosa Mª Benito en peluches y vísceras para Raquel.
Liz, Belén y Alejandro llegaron a la tercera ronda, a quien esperaban respectivamente golosinas, gusanos vivos y patas de calamar en cada una de las bañeras.
Entre momentos en los que Rosa se colocaba calcetines en el sujetador, ya que «no tiene tetas», o reproches en el plató a Sema sobre su «hipocresía», llegó la expulsada, quien comentó que «Laura se cree guay por decir las cosas a la cara», o sobre el amor, que fue «lo único que le faltó en la casa».
Tras estas insufribles horas, se dieron a conocer los nominados para la próxima semana: Charlotte, Javier y Alejandro. La audiencia decidirá quién de estos tres agraciados se tendrá que despedir de este concurso al que un desgastado Cuéntame ya no puede lograr superar. Y con motivo, ya que sus 16 temporadas y su vuelco a convertirse en culebrón han hecho que haya perdido consistencia y que sea mejor que le echen en cierre.
El próximo jueves tocará aventurarnos de nuevo en estas fabulosas historias, pero si aún así no podemos aguantarnos, el domingo estará el debate-tentempié a nuestra disposición.