Marc Jacobs regresa a las pasarelas con una colección inspirada en los sesenta

La ciudad de Nueva York recupera poco a poco su ajetreado estilo de vida mientras los efectos de la pandemia se van disipando con lentitud. Por eso, podemos considerar el desfile de la nueva colección de Marc Jacobs como un punto de partida para el retorno de la antigua normalidad. En desfile se llevó a cabo de forma presencial en la Biblioteca Pública de Nueva York, situada en la icónica Quinta Avenida. La presentación también se proyectó al mismo tiempo en la fachada de Bergdorf Goodman, en Manhattan. Mostrando al mundo la colaboración entre la firma y los grandes almacenes de lujo, que serán los encargados de vender de forma exclusiva la nueva colección de Jacobs.

El diseñador neoyorquino presentó su nueva colección de otoño 2021/2022 titulada “Hapinness” adelantándose a la semana de la moda de Nueva York, que comienza en septiembre. Este desfile ha sido importante por dos motivos: el primero, la reaparición del diseñador, que no había presentado ninguna colección desde febrero del año pasado, antes de que el mundo se paralizara por el Covid-19, y el segundo, el retorno de los desfiles presenciales en la gran manzana.

La propuesta del Marc Jacobs gira entorno al espíritu de los felices años 60: colores atrevidos, logomanía, prendas acolchadas, lentejuelas XL y plataformas. Una colección con la que el diseñador huye del minimalismo que ha imperado en la sociedad durante estos meses desechando el uso de tonos neutros como el gris o el marrón.

El show comenzó con looks monocromáticos donde destacaba el logo de la marca aumentado y convertido en estampado. En el desfile también se pudieron ver piezas de punto con mangas extralargas combinadas con lentejuelas de gran tamaño, colores vibrantes y chaquetas acolchadas con acabados brillantes y estampados de rayas que recuerdan al movimiento artístico Responsive Eye, que tuvo su furor en los sesenta. Con respecto a las siluetas de los diseños, predominan los cortes oversize y los grandes volúmenes, con pantalones anchos, abrigos acolchados extragrandes y largos vestidos.

Sin dejar de lado lo “maxi”, más allá de los abrigos y vestidos XL, las pestañas postizas que lucieron todos los modelos (independientemente del género) tampoco pasaron desapercibidas. La maquilladora encargada fue Diane Kendal que apostó por mantener los rostros lo más naturales posible, incluso suavizando el tono de las cejas para que nada eclipsará la imponente hilera de pestañas postizas. Aunque quizás esta sea una de esas tendencias que no salga de las pasarelas puesto que la comodidad no es una de sus ventajas.