El primer beneficio es el coste. El precio de comprar bienes de segunda mano es significativamente menor que el de comprarlos nuevos y, si te fijas bien, puede que hasta encuentres en tienda de segunda mano piezas nuevas.
Se necesitan 2.000 litros de agua para hacer un solo par de vaqueros. Pero eso es tan solo un aspecto muy pequeño de la producción de los jeans, luego tienen que ser empacados y enviados a la tienda. Todo esto va en la huella que deja. Los estadounidenses envían más de 10 millones de toneladas de ropa a los vertederos cada año sin tener en cuenta el gasto que eso supone. Las telas sintéticas pueden tardar cientos de años en descomponerse y, lo que es todavía peor, muchas de las telas de algodón de hoy en día se mezclan con estas telas sintéticas, lo que significa que puede que nunca se descompongan por completo.
El primer paso es buscar las mejores tiendas de tu ciudad. Para ello busca en internet o por redes sociales. Aunque muchas de ellas todavía no se han digitalizado, por lo que tendrás que ir en persona.
Lo segundo que debes hacer es tener paciencia. Elige un día que no tengas muchas cosas que hacer. Tómate tu tiempo en buscar, uno no siempre encuentra a la primera algo que le guste. Ten en cuenta un factor a tu favor que es la rareza. Un artículo puede no estar ya disponible para la venta, pero todavía se puede encontrar de segunda mano. Ediciones especiales o limitadas que ya no están a la venta en las tiendas. Ropa de marcas de lujo a precio de tienda de fast-fashion.
El tercer paso es probarte la prenda, siempre y cuando se pueda. A veces el ojo engaña y en la percha queda bien pero puesto parece que vas disfrazado. Lo más importante es sentirse a gusto con la prenda. Aprovecha ese instante para revisarla: cremalleras, costuras, talla, etiqueta… Puede que tenga algún defecto o pequeña tara. Evalúa si merece la pena arreglarla o incluso si tiene o no arreglo.
Y el cuarto paso es pensar en cómo la vas a lucir, con qué prendas de tu armario podrías combinar tu nueva prenda, si el color se adapta a tu estilo. A veces, nos ilusionamos demasiado en la tienda y en casa nos llevamos una decepción. A veces, no es fácil acertar.