Moisés Nieto ha sido el encargado de inaugurar la segunda jornada de la Madrid Fashion Week. Esta vez la pasarela Cibeles ha viajado en el tiempo, allá por los años 40. La nueva colección otoño-invierno 2016/17 se inspira en una España de posguerra con una sociedad restringida, donde la libertad se ausenta y la mujer, reprimida, debe de luchar por sus ideales
El diseñador ha presentado a una mujer luchadora y reivindicadora, defendiendo la feminidad en todas sus creaciones. Minivestidos que contornean la silueta de la mujer, adornado de volantes desiguales y desdeñados.
Las piezas principales de esta colección se basan en chalecos, chaquetones, pantalones y faldas. Los plisados con acabados metalizados y las líneas rectas configuran algunas de las prendas exteriores, carentes de puños y cuello lo que le daba angulosidad a la prenda. Pero sin duda, lo que más ha llamado la atención ha sido las prendas deshilachadas, que componían la mayor parte de los diseños.
En cuanto a los tejidos, la variedad y mezcla de estos ha hecho que la colección se situé entre los inflexible y la postración, dejando ver la polipiel, un mix de faur fux, encaje y paño de lana. Una mezcla entre lo decadente y una visión positiva de futuro se entre mezcla en los colores que acompañan a los tejidos. Colores azules, marrones, amarillos y violáceos, describiendo una perspectiva femenina y cómoda.
En cuanto a los complementos, grandes pendientes con formas étnicas y unos zapatos estilo botín, en pio y con tacón cuadrado, una mezcla entre el estilo renacentista y el futurista. Una colección que ha dejado a más de uno con ganas de más, algo que rompe con las expectativas a las cuales nos tiene últimamente acostumbrado Moisés Nieto, pero aun así, férreo a su estilo.