Rubén Pareja Ramírez| Málaga. 3 Octubre.
Como cada jueves, volvía la esperada gala de Gran Hermano 16, en la que otro de los concursantes tendría que abandonar la casa. Durante estos días, como tentempié para esperar a la fecha (si acaso dicha espera se puede hacer eterna), hubo novedades, como las fotos publicadas de Sofía en topless en un jardín. Y es que, junto a la hija de Mayte, la casa cuenta con atractivas jóvenes cuyo espléndido físico les permitirá, si lo desean, continuar su “carrera” mediática una vez que hayan salido de Guadalix.
Otras cosas dignas de haber conocido por parte de los seguidores fueron el primer beso entre Han y Aritz durante una fiesta por la noche, el desnudo de Niedziela en la ducha, quien preguntó si los hombres “le vieron las tetas o el chirri”, o la bronca de Raquel hacia Quique, a quien había acusado de decir que ella era una falsa.
Sí. Raquel ha sido posiblemente la protagonista de la cuarta gala. Nominada a la expulsión junto a Muti, mantuvo a muchos lo suficientemente atentos como para que dejaran lo que estuviesen haciendo (difícil de entender, por cierto). Mercedes Milá abrió el sobre que contenía el nombre del sevillano, que se ganó el 75’2% de los votos. Una vez más, Raquel rompía a llorar, mientras se despedía del panadero como en Verano azul hacían con Chanquete.
Hasta que llegaron las nominaciones ocurrieron varias cosas. A Niedzela se convirtió en Indiana Jones cuando acudió al confesionario para hablar del hallazgo de la puerta secreta. Entonces le explicaron que en una de las espigas luminosas de la pared se escondía un botón que abría la puerta de acceso a un jardín, que Niedziela pulsó y, una vez allí, se encontró con Raquel. Tras unos minutos de abrazos y relatos sobre la gesta que vivió la fisioterapeuta, Milá informó a ambas de su próxima misión: “Agarráos, que vienen curvas”. Tendrán que llevar a todos los concursantes a esta zona durante la semana, excepto a Vera, quien no podrá sospechar lo mínimo.
Tras las instrucciones, Raquel volvía a la casa, en la que se formaron dos bandos. Uno de ellos trataba de consolar a una consternada Sofía, mientras que el otro se volcó con un Suso que no paró de llorar durante la noche. Tras el regreso de la fisioterapeuta, a quien los demás recibieron con abrazos, cómo no, tocaba una merecida pausa en la que un servidor hizo zapping.
De vuelta a la rutina, tocaba un poco de romanticismo con los vídeos de Aritz y Han en sus momentos más intimos. La noche alcanzó su esplendor con la visita de Belén Esteban. En otras circunstancias, la tele ya estaría apagada, pero en este caso siguió mostrando cómo la escritora llegaba con su pijama de leopardo y escondía la fiambrera de croquetas que encontró Quique y que le permitió ser inmune a las nominaciones. La ganadora del VIP se despidió del gremio con un mensaje de fuerza y ánimo para todos.
Mientras unos se llevaban nubes a la boca sin usar las manos y con un elástico sujetándoles la cabeza para hacer la faena más difícil, otros comenzaban a nominar. Han fue el primero en hacerlo, quien salió descompuesto y asustado, para asombro de los compañeros. Como pasó recientemente en el Raphael Sinfónico, las votaciones de algunos hacia Marta estuvieron acompañadas de aplausos desde el plató, al que nos toca trasladarnos ahora.
Por fin recibía la presentadora a Muti, a quien defendieron la hermana de Suso y una muy bien arreglada Mayte. Allí, entre charlas sobre sus experiencias en la casa y reproches a algunos concursantes sobre el trato hacia el sevillano, se terminaron de cubrir las nominaciones que, al turno de Suso, el comentarista se sintió cual Apollo Creed ante los golpes de Ivan Drago y tiró la toalla, lo que le impidió ver, en su momento, el posterior abucheo del público del que el catalán se defendió haciendo la peineta.
En definitiva, tras una mágica noche en la que se desveló la relación entre Carlos e Ivy y, en menor medida, entre Niedziela y Vera, Raquel podría vivir lo de “a la tercera va la vencida”, ya que es con la que más votos se ha coronado, seguida de Sofía y Amanda. El plan ideal de ahora cerrar y no volver a abrir el circo hasta el próximo jueves, pero, en cambio, seguiremos aquí, buscando lo que ocurra hasta la quinta gala, que causará, más o menos, la misma sensación que la de siempre.