¿Cuándo se generó ese amor por el transformismo?
Empecé a transformarme desde pequeño, jugaba a disfrazarme para hacer un espectáculo. La mayoría de las artistas eran mujeres, sentía una gran admiración por ellas, jugaba a ser ellas. Mis tres ídolos eran Lina Morgan, Alaska y Madonna.
Fui a estudiar arte dramático a Sevilla durante dos años y antes de venir a Madrid estuve tres meses viviendo en Palma de Mallorca , fue allí donde tuve el primer contacto con el mundo del transformismo. Empecé a trabajar con unos drags e iba como ayudante de ellos, ahí nace el nombre Nacha la Macha, la primera vez que me visto y actúo en una discoteca.
¿Qué hizo que tomaras ese rumbo?
El transformismo tenía todos los ingredientes que a mi me gustaban del mundo del espectáculo, música, coreografía, luces, brillos, divismo y ahí había cabida para las artistas que a mi me gustaban, como Rocio Jurado o Isabel Pantoja. Me fascinó porque vi que había un género que tenía un público que me permitía trabajar a diario.
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¿Cómo conseguiste abrirte camino y lanzarte a la fama?
En Madrid comencé como camarero en la ‘A Noite’ en Chueca que hacía diariamente shows de drags. En mis días libres me permitían subir al escenario y ser ‘Nacha la Macha’. Fue como una escuela, pude estar un año en estas condiciones aprendiendo lo que era ser un transformista.
Así comencé a crearme un nombre, al principio hacía playbacks e imitaciones. Hasta que quise tener un sello personal, algo único que no hicieran el resto de compañeras, y eso era cantar. La primera vez que quise cantar mi jefe me dijo que no, que me limitara hacer playbacks. A mi no me importo y cuando me subí al escenario canté una canción que me había preparado, fue tal la ovación que ese mismo jefe me hizo repetir la misma canción tres veces seguidas. Durante los siguientes años me hice muy conocido por mis shows, para mí el artista es artista, haga lo que haga y en el escenario que lo haga. Hice varias giras internacionales por México, Uruguay, Argentina, Nueva York…
En los últimos años has estado trabajando como actor en obras teatrales ¿Cómo ocurrió esa transición?
Mi pasión por el teatro me llevó a querer dar vida en el escenario al primer transformista pionero español ‘Paco España’. Comencé a reunir al grupo que necesitaba para hacerlo realidad. Junto a Santiago Escalante como dramaturgo, estuvimos seis años dando vida al espectáculo. Tras representar la obra de ‘Paco España’ al teatro y revivir su nombre, el Gobierno de Canarias lo nombró hijo predilecto de las palmas de gran canaria a título póstumo. Haciendo la obra de Paco España tengo que dejar el transformismo por un tiempo pero no pensaba que iba a dejarlo de forma permanente.
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Ahora estás preparándote para una nueva obra teatral ¿Cómo se te presentó esta oportunidad?
En ese tiempo conocí a Nacho Cano y me ofreció un papel en un gran musical que estaba creando. Hemos estado meses haciendo lecturas de guión hasta que la cosa fue creciendo, mi papel en la función ha ido creciendo hasta que Nacho Cano decidió hacer que mi papel fuera uno de los protagonistas en la obra. Si se han reído conmigo haciendo de nacha la macha se van a reir mucho con el padre olmedo, es un personaje muy cómico. El musical es la historia de amor entre Hernán Cortés y Malinche. Llevo desde mayo con los ensayos de la obra, mi papel es el ‘padre Olmedo’ un personaje histórico. Nacho lleva 11 años trabajando en esta obra. Es una persona excepcional con un talento prodigioso y con la capacidad de transmitir a través de otras personas.
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¿Tienes otros proyectos en curso?
Voy a lanzar un disco que está prácticamente terminado, mi idea es sacarlo mientras esté haciendo el musical para que la gente que me sigue no se quede huérfano de Nacha la Macha.
