La vida no es un camino de rosas. Muchas veces nos hemos tenido que enfrentar a momentos difíciles, complicados y violentos. Incluso a día de hoy seguimos haciéndolo. Pocas personas son capaces de contar al mundo las situaciones por las que ha pasado. La sociedad tal vez por vergüenza, obscenidad o humillación prefiere apartarlas a un lado y ocultarlas al resto.
Temas como el bullying, el suicidio o la anorexia se han convertido en cuestiones tabú que todo el mundo ha decidido obviar y no prestar atención porque son temas demasiado delicados. Pero el novelista y dramaturgo español Nando López ha decidido plantarles cara y darles voz.
De este modo, a través de la publicación de libros como “La edad de la ira” o “En las redes del miedo” ha intentado visibilizar y dar luz a aquellas cuestiones de las que nadie habla. Así, a través de la lectura intenta ayudar a aquellos jóvenes que están pasando por situaciones similares a la de los protagonistas de sus historias y anima, tanto a los medios como a los docentes, a incentivar la literatura infantil y juvenil.
En una entrevista comentaste que realmente un tema tan importante como es la motivación de la lectura en los jóvenes no se habla casi nada ¿crees que en cierta medida es a causa de los docentes que siempre imponen la lectura que ellos consideran, sin tener mucho en cuenta las preferencias de los alumnos?
En absoluto, cada vez los docentes tienen más en cuenta sus gustos y preferencias. Es más, muchos recomiendan mis libros juveniles porque, a su vez, han llegado a ellos gracias a los estudiantes a quienes dan clase. Con mi queja me refería a los medios, donde apenas se da cabida a la literatura infantil y juvenil. En los medios culturales, por ejemplo, su presencia es casi testimonial, insuficiente, y no da cuenta ni de la variedad y calidad de nuestra lij ni de cuánto leen nuestros niños y adolescentes.
¿Recomiendas abiertamente tus libros a tus alumnos? ¿Por qué?
Hace 5 años que no doy clase, así que no tengo ya alumnos a quienes recomendar libros. Se los recomiendo a los jóvenes que me siguen o que me leen y, sobre todo, a quienes me preguntan si tengo historias que incluyan ciertos temas o personajes de los que no se habla. Mi literatura, tanto la adulta como la juvenil, habla de muchas cuestiones que a menudo escondemos o disimulamos y a las que intento dar voz a través de mis historias.
“En los medios culturales […] la presencia es casi testimonial, insuficiente y no da cuenta ni de la variedad y calidad de nuestra literatura juvenil ni de cuánto leen nuestros niños y adolescentes”
¿Crees que de algún modo podrían ayudarlos en cuanto a sus inquietudes?
Por lo que me cuentan -pues me escriben a menudo con sus impresiones sobre mis historias-, me consta que sí lo hacen. La ficción nos ofrece un espejo en que mirarnos y referentes en los que comprendernos, algo que resulta esencial en la adolescencia.
¿Nunca te has planteado la docencia a universitarios? ¿Y eso?
Di clases en un Máster de Escritura Teatral coordinado por la Universidad de Alcalá y la Asociación de Autores de Teatro, pero como decía antes, abandoné la docencia hace 5 años y ahora me dedico en exclusiva a la literatura. Tengo el privilegio de vivir de lo que escribo, así que no me planteo más que seguir creando y tratar de llegar a mis lectores con historias que los interpelen y emocionen.
Si fueses la sinopsis de un libro, ¿cuál sería tu sinopsis?
Un adulto que se sigue sintiendo adolescente busca cómo contar el mundo que lo rodea y solo encuentra en las palabras el modo de intentar hacerlo.
“La ficción nos ofrece un espejo en que mirarnos y referentes en los que comprendernos, algo que resulta esencial en la adolescencia”
Tus libros tratan de temas un poco delicados como puede ser el acoso,la violencia,el suicidio… ¿cuál es el que más duró se te ha hecho y por qué?
En el caso de Hasta nunca, Peter Pan, los temas más duros fueron el maltrato infantil y el acoso, ya que quería abordarlos —como todo en la novela— desde una mirada realista y nada condescendiente ni edulcorada. Además, en este caso, me interesaba hablar del bullying desde la perspectiva del agresor, no del agredido y acercarse a los monstruos -esos que, de un modo u otro, todos podemos haber sido- no es sencillo, pero sí necesario. No podemos hablar de la violencia sin plantearnos sus causas y asomarnos, por mucho que nos duela, a sus raíces.
Siempre que escribes un libro ¿te inspiras en algún caso en concreto de algún adolescente?
Depende del libro, aunque todos ellos están tejidos de experiencias reales que me llegan a través de mis lectores, de los encuentros literarios con jóvenes o de mi propia adolescencia, que también forma parte de cuanto escribo.
“Me interesaba hablar del bullying desde la perspectiva del agresor, no del agredido y acercarse a los monstruos esos que, de un modo u otro, todos podemos haber sido”
¿Que es lo que más te cuesta escribir el comienzo o el final de un libro?
Sin duda, la primera página. Es más, en alguna ocasión es la última que escribo. La página en blanco siempre provoca terror. Y, en mi caso, cuantos más libros publico, más responsabilidad siento ante ella.
¿Que te impulsó a escribir el primer libro que trata sobre estas cuestiones?
Fue La edad de la ira y el impulso surgió de mi necesidad de hablar de la educación desde un lugar que no es habitual en la ficción: el realismo más cotidiano, sin idealizaciones al estilo de El club de los poetas muertos. Quería dar voz a mis alumnos y a mis colegas docentes, poner sobre la mesa todo lo que no funciona y los medios y recursos que no tenemos, además de denunciar la LGTBIfobia que aún sigue presente en nuestras aulas. Es una novela que nació de modo muy visceral, que llegó a ser finalista del Nadal y que, diez años después de su primera edición, sigue tan viva como el primer día.
“No podemos hablar de la violencia sin plantearnos sus causas y asomarnos, por mucho que nos duela, a sus raíces”
Al tratar temas tan delicados doy por hecho que no todo el mundo estará de acuerdo. Seguro que alguna vez ha venido alguien a decirte que las cosas no son tal y como las planteas en el libro. Al recaer tanta responsabilidad sobre ti y además que venga alguien que está sufriendo estas situaciones tan duras a decirte que está totalmente equivocado. ¿No se ha planteado dejar la escritura? ¿Por qué?
Nunca me ha ocurrido eso. Al revés. Lo que recibo es agradecimiento por abordar esos temas sin tapujos. Hace poco, tras una función de #malditos16, una adolescente que había sufrido anorexia se acercó a mí para darme las gracias por tratar ese tema en la función del modo en que lo hacíamos, se había sentido identificada y, gracias a las palabras del personaje, incluso empoderada. Lo esencial es tratar esos temas con respeto, sin infantilizarnos y con un trabajo de documentación previo muy exhaustivo, que es el que precede a todos los textos -novelísticos y teatrales- que escribo.
Por el contrario, también mucha gente se habrá apoyado en ti buscando ayuda y Consuelo. ¿Sigues teniendo contacto con algún adolescente que haya acudido a ti en busca de auxilio?
Con muchos de ellos y es lo más hermoso de mi trabajo. En la presentación de Hasta nunca, Peter Pan, por ejemplo, acudió un lector trans que me conoció siendo adolescente y a quien La edad de la ira le ayudó a expresar, por fin, su género sentido. Quería darme una carta y, en su interior, había una fotografía donde se le veía feliz, sonriendo, el mismo día en que había dicho su nombre elegido. Me sentí un privilegiado por contar con su cariño y espero mantener con él el contacto mucho, mucho tiempo.
“Quería dar voz a mis alumnos y a mis colegas docentes, poner sobre la mesa todo lo que no funciona y los medios y recursos que no tenemos”
¿Te has planteado escribir libros que no estén orientados tanto a la literatura juvenil y se centren en un público más adulto?
¡Llevo ya muchos libros publicados para público adulto! En novela: El sonido de los cuerpos, Cuando todo era fácil, Las vidas que inventamos, La edad de la ira o, por supuesto, el último, Hasta nunca, Peter Pan, que NO es novela juvenil. Y en teatro: Cuando fuimos dos, De mutuo desacuerdo, Desengaños amorosos, Los amores diversos, Tour de force… No solo no es algo que deba plantearme, es que llevo años haciéndolo.
Nando, en tres detalles
Una canción. Breathe me, de Sia.
Un color. El naranja, sin duda. Es luminoso. Y feliz.
Si pudieses ser otra persona por un día, serías… Nando. No me cambiaría por otra persona. Me gusta mi vida tal y como es, con sus luces y sus sombras. Estoy muy a gusto en mis zapatos.