Hoy, viernes 5 de noviembre, llega a Amazon Prime Video los cuatro episodios de «Historias para no dormir», el remake de la serie de Chicho Ibáñez Serrador. Hemos hablado con Nathalie Poza, Raúl Arévalo, y Eduard Fernández, protagonistas de «La broma», dirigido por Rodrigo Cortés.
¿Qué supuso para vosotros la serie original de Historias para no dormir?
Eduard Fernández: Veía la serie en familia y nos encantaba, nos daba miedo. La he vuelto a ver ahora y se ve antigua la fórmula y el rodaje, pero no el espíritu ni el guion, y eso es lo que se ha pretendido, volver a rodarlo, traerlo a los personajes de hoy en día, coger el espíritu y rodarlo hoy en día.
Nathalie Poza: A nosotros nos pillaba con dos rombos y tengo como un recuerdo de asomarme al salón cuando salía este señor a presentar los episodios. Estoy muy orgullosa de venir de la mano del hijo de Chicho, para él es muy importante, es un homenaje, y sobre todo de hacer terror porque tenía muchas ganas de rodarlo.
Raúl Arévalo: Yo lo he visto repuesto después. Yo recuerdo más a Chicho del “Un, dos, tres…” Quiero matizar que, a veces, parece como despectivo el decir que las historias se han quedado antiguas y no, me parece inteligente actualizar los diálogos, las bromas, para que hoy en día tenga vigencia y sentido. No es un sacrilegio a Chicho, sino valorar su espíritu, el alma y el talento que tenía.
¿Qué pensáis de estas remasterizaciones de series y películas que se están haciendo hoy en día?
Eduard Fernández: Depende, las hay que se pueden ver hoy en día, como por ejemplo ¿Quién puede matar a un niño? Pero otras como la de Chicho, pues está bien hacer un remake.
Raúl Arévalo: Retomando esto que dice Eduard, hay películas que hoy en día tienen sentido verlas, con sus defectos y virtudes, y te llega lo que pretendía el director. Y hay algunos remakes absurdos. Sin embargo, hay algunas películas, como las de Hitchcock, con todos mis respetos porque era un genio, que igual sí se quedan un poco antiguas. Nadie se atreve a hacer un remake de alguna de esas y quizás sea bueno que alguien las revisitara desde otro sitio, con otro punto de vista.
Nathalie Poza: Creo que esta serie tiene algo que invita a volver a ver una ficción menos oscura, a gozártelo. Yo he visto nuestro episodio ya cuatro veces porque me apetece, porque me divierte, porque visualmente es brutal, los personajes son perversos y terribles y no sientes que sea difícil de digerir. Es buen entretenimiento. Conserva esa moraleja del final, algo infantil. El nuestro podría ser la codicia, la mala utilización del amor… Pero desde un sitio muy simple pero que no deja de ser hondo.
¿Cómo os lo habéis pasado en el rodaje?
Nathalie Poza: Bien y mal. Mal porque eran muchas horas de noche, mucho frío, lo grabamos en febrero… Exterior noche era todos los días.
Raúl Arévalo: Hay un momento de muertes que es en un campo, a las cinco de la mañana, Nathalie tirada en medio del barro de verdad. Y el director no es el menos exigente.
Nathalie Poza: Muy exigente. Ahora, yo personalmente sabía que me lo iba a pasar muy bien con ellos porque son los mejores. Para mí el sí a este proyecto era muy importante. Rodrigo, además, es muy persistente y te persigue, porque te quiere a ti, a tu persona entera, con todo lo que tienes como actor y como persona, y eso te invita a entrar. Y yo sabiendo que estaban Raúl y Edu sabía que iba a estar en casa, pero a la vez exigida. Además, son muy divertidos rodando, y todos los imponderables se atraviesan con risas, con cachondeo, que no le quita seriedad, haciendo equipo… Raúl es muy generoso con el equipo, se nota que ha dirigido, y está pendiente de todo el mundo. Hay algo de pasarlo bien haciendo tu trabajo en serio, y eso para mí es como hay que trabajar.
Raúl Arévalo: Estoy de acuerdo al 100% con mi compañera, haría mil películas con ella. Hay pie a la broma sin frivolizar al trabajo. Además, hay que decir que Rodrigo Cortes, con todo lo exigente que puede ser, es un tío que da pie a que pueda pasar eso.
Nathalie Poza: Algunos directores no te dejan relajarte. Nosotros, al fin y al cabo, trabajamos con la emoción, con el físico, con el frio, … Cada uno se relaja como puede, unos se ríen, otros necesitan correr, otros se meten en una habitación. Hay que dejar que el actor también se relaje, sino explotas.
¿Cómo trabaja Rodrigo Cortes?
Raúl Arévalo: Tiene un control absoluto. Es un tío con una mente particular, meticuloso, es un director de orquesta que sabe decir “silencio”, “ya”, “espera”, “Nathalie”, “Raúl”, “¿Estás?”, “Sonido, ¿estáis?”, “Calla”, …
Nathalie Poza: Lo bueno que tiene es que no corta. Siempre hay que estar preparado para rodar. No te vas a la caravana tres horas porque están preparando la luz. Cada cosa fluye. Me ha sorprendido su forma de rodar. Es obsesivamente meticuloso, pero en el buen sentido. Increíble.
¿Cuál es vuestra impresión sobre el Cine Español en la actualidad?
Raúl Arévalo: Es maravilloso que se hagan tantas cosas y que haya tanta libertad. Hay un poco de trampa en esta libertad porque es una libertad muy acotada a lo que marcan las cadenas, las plataformas… Siempre ha ocurrido. Haciendo autocritica, y yo el primero, falta un poco de variedad de películas, de historias, de espacio para historias diferentes sin miedo a que no vayan a tener la audiencia esperada. Hay algo de autocensura, que es peor que la censura, como de “no voy a decir esto porque entonces no me la van a producir”.
Nathalie Poza: Aunque haya más posibilidades, también se puede empezar a cegar el objetivo de siempre, que ha sido la libertad creativa, hay que estar alertas y dejar que la gente con talento y con ideas particulares, puedan desarrollar sus proyectos. Hay libertad para trabajar, pero también se cortan alas a directores y quitarle la esencia a un creador. Afortunadamente hay gente muy valiente, que sigue son lo suyo, pero es tan difícil sacar un proyecto adelante…
«Hay que prepararse y ver desde dónde puedes aportar, porque, si no, te repites. No hay nada peor en esta vida que mecanizarse.«- Nathalie Poza
¿Lo tenéis difícil como actores para encontrar trabajo?
Nathalie Poza: Nosotros concretamente no, pero somos un 8%, o menos, los actores que trabajamos y vivimos de ello. Yo estoy en un buen momento, y hago mucho teatro existe un equilibrio, es un lugar al que volver. No todo el mundo tiene ese espacio o no lo quiere. La creatividad está en los intervalos. Creo que a veces nos aturullamos, tengo compañeros que trabajan tanto que no sé dónde están… Yo vengo de otra generación, yo miro la oferta de series y, a veces, cierro el ordenador y digo “voy a leer”, me abruma tanta oferta. Y me pasa lo mismo trabajando, necesito parar y ver hacia dónde, y cómo. Para hacer esto no tuvimos mucho tiempo, pero hay que prepararse y ver desde dónde puedes aportar, porque, si no, te repites. No hay nada peor en esta vida que mecanizarse, ya nos mecanizan desde fuera. Hay que intentar, sobre todo si te dedicas a algo artístico, que nadie te mecanice, aunque quieran.
Raúl Arévalo: Yo creo que hay algo que consciente o inconscientemente, intentan mucho mecanizar. Y como no estés alerta a eso, entras en una rueda y te dejas mecanizar, “soy joven, me hago un Instagram, tengo muchos seguidores y acabo haciendo una serie”.
«Estar bien contigo mismo se ve en el arte. Al final, tu trabajo está conectado con la vida.» – Raúl Arévalo
¿Cómo os gustaría que os recordaran?
Raúl Arévalo: Igual suena pedante, pero ser buena persona. Va unido con el ser buen actor. Estar bien contigo mismo se ve en el arte. Al final, tu trabajo está conectado con la vida.
Nathalie Poza: Para mí este trabajo tiene que ver mucho con mi vida. Si mejoro como actriz, pienso que es porque estoy mejor en mi vida. Lo que proyectas en los demás es mejor. Si te recuerdan porque has aportado un poco de luz, de alegría, de generosidad, mejor.