Una de las mejores sensaciones del mundo es experimentar una risa profunda, plena, que venga directamente del vientre. Durante esos instantes en los que no podemos parar de reír no existen la pena ni los sentimientos negativos, solo un bienestar pleno que poco podemos hacer por esconder. La risa es maravillosa. Puede unir a las personas y establecer conexiones increíbles. Todo, desde una leve risita hasta la carcajada que te asalta sin previo aviso en la situación menos adecuada, puede cambiar la temperatura de una habitación de una incómoda frialdad a una cálida atmósfera familiar.
Ya amamos tanto la risa que parece innecesario buscar más excusas para apreciarla positivamente, pero eso es exactamente lo que han hecho los investigadores Lee Berk y Stanley Tan, de la Universidad de Loma Linda en California. Estos dos médicos han investigado los beneficios de la risa (nos habría encantado ser parte de sus experimentos) y han encontrado resultados sorprendentes.
Las personas que consiguen disminuir su presión arterial, incluso aquellas que comienzan en niveles normales y sanos, pueden ver reducido el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o un ataque cardíaco. Así que toma el periódico del domingo, cómprate tu revista favorita o simplemente charla con la familia y disfruta de tu nueva medicina para el corazón.
Al reducir los niveles en sangre de esta hormona del estrés, reír reduce la ansiedad y el distrés (estrés incapacitante y negativo) que afectan a tu cuerpo. Además, esta reducción puede dar como resultado un mayor rendimiento del sistema inmunitario, con la consiguiente mayor protección contra los patógenos que nos acechan. Así que ya sabes, en Invierno, doble ración de risas.
Uno de los beneficios de la risa es que puede ayudarte a tonificar tus abdominales. Cuando nos reímos, los músculos del estómago se expanden y contraen, de manera similar a cuando ejercita sus abdominales intencionalmente, pero a un ritmo incluso mayor. Mientras tanto, los músculos que no estás usando para reír tienen la oportunidad de relajarse y «despreocuparse». Aunque tengamos que seguir yendo al gimnasio (no nos libramos ni por estas) no está mal saberlo.
La risa es un excelente ejercicio cardiovascular, especialmente para aquellos que no pueden realizar otra actividad física debido a una lesión o enfermedad. Reír hace que el corazón bombee más sangre a un ritmo mayor y quema una cantidad similar de calorías por hora que caminar a un ritmo de lento a moderado.
Las células T son células especializadas del sistema inmunitario que se mantienen a la espera en nuestro organismo. Cuando te ríes, activas las células T que inmediatamente comienzan a ayudarte a combatir las enfermedades que pudiesen afectarte. La próxima vez que sientas que te persigue la sombra de un resfriado, al primer estornudo ponte un buen sketch o tres capítulos de Sex and the City.
Las endorfinas son los analgésicos naturales del cuerpo. La risa las libera, y pueden ayudar a aliviar el dolor crónico, mscular y articular, y hacer que nuestro organismo se relaje de manera general.
Los médicos han descubierto que las personas que tienen una visión positiva de la vida, además de vivir mucho más felices, tienden a combatir las enfermedades mejor que las personas que tienden a ser más negativas. Además, pensar en positivo y vivir con buen humor, relativizando los problemas, conduce generalmente a una mejor calidad de vida y mejor salud mental. ¡Así que sonríe, ríe y vive más!
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