El artista Nicky Jam se subió durante dos días consecutivos al escenario de Starlite Catalana Occidente para hacernos viajar por nuestra adolescencia y llevarnos al perreo de la mejor manera posible, sin parar de bailar. El cantante tenía claro cuando salió que esa noche se rompía el escenario para darlo todo con su música. Pero antes, tenía preparado una sorpresa con artista invitado.
Nicky Jam nunca viaja solo y es que el artista Valentino se convirtió en su telonero oficial y es con él con el que pudimos disfrutar sobre grandes éxitos del reggaeton y uno de sus grandes temas como es ‘Bésame’ (que originalmente cantaba junto a Manuel Turizo) puso al auditorio de Starlite en pie y con el que creaba un clima perfecto para la llegada de Nicky Jam al escenario. También hay que decir, que el cantante es un maravilloso showman pero que su directo nos dejó un poco apagados, podría haber sido mejor (echaremos la culpa a que era el segundo día y había cantando tres canciones)
Pero bueno, llegó el momento más deseado, con un gin tónic en la mano firmado por Larios 12 en el palco VIP de la marca, nos preparábamos para perrear durante una noche que se venía muy fuerte – ya te digo, si Larios 12 era nuestro cómplice, nada podía salir mal. Llegaban las bailarinas, retumbaba la música en todo el auditorio, las copas se movían de la intensidad de altavoz y la cuenta atrás estaba llegando, sí, aterrizó Nicky Jam para hacernos gozar durante los próximos (escasos) 60 minutos. Un show que estaba garantizado y que ni la voz ni calidad del sonido iba a estropear. Se trataba de disfrutar y hacernos viajar por sus canciones.
Durante la noche en Starlite Catalana Occidente, el artista nos sorprendió con grandes temazos de su repertorio que no podía dejar pasar, de verdad, ¿quién no ha cantado ‘Yo me voy pal’pare’, ‘Yo no soy tu marido’ o ‘Pa’ ante’? Estas son canciones que en nuestras playlist siempre han estado presente y que no podía ser de otra manera, sí, lo siento, nos levantamos del asiento y (con mascarilla) empezamos a perrear. La vida es así, hay días que dices que vas de tranquis a tomarte algo y acabas en Starlite perreando con Nicky Jam. Es un hecho.
Si algo tenemos claro es que el artista es un gran anfitrión, porque su espectáculo es una auténtica fiesta en la que (como decía antes) no tienes en cuenta sus fallos vocales, de sonido o incluso de iluminación. Todo es un conjunto que hizo que, sin esperarlo, el auditorio rompiese moldes y vibrara como si de una discoteca se tratase. Ahora, cuidado, al día siguiente tienes que cuidar esa ‘resaca’ porque la vida sigue y todo son risas hasta que suena el despertador.