Nya de la Rubia: «Soy más trianera ahora que de pequeña»

Se define como una persona «sencilla, amante del arte, sana» y, sobre todo transparente. Esa naturalidad es la que pretende transmitir Nya de la Rubia con su último single: El brillo de tus ojos. Una fusión de flamenco y música urbana que denuncia una sociedad cargada de filtros. Este es la tercera canción de su próximo EP Raíces, un trabajo en el que mantiene su esencia y su vinculación con el arte, uno de los aspectos más importantes de su vida.

Acabas de estrenar canción con un videoclip cargado de referencias religiosas, ¿qué pretendes transmitir con él?

Quiero dejar que la gente piense y se lleve su propia opinión, pero básicamente pretendo acercar dos mundos, es una convivencia del mundo religioso con la gente obsesionada por la belleza, por no quererse, con esa mirada vacía, triste. Antiguamente, había unos hospitales religiosos que cuidaban a las operadas, entonces yo quería crear un mundo más allá, en el que son las monjas las que operan. Y sí, hay momentos en los que se ve que hay una que pone dinero y la Iglesia lo ve, pero son guiños que hago y luego acaba con las monjas diciendo que el brillo no se opera, que lo que tú tienes dentro es lo que realmente sale.

En el single repites “El brillo de tus ojos no se opera”. ¿Podríamos decir que es una crítica a las redes sociales y la sociedad de la apariencia?

Exacto. Es una frase mítica de Lola Flores y la cogí como referencia de los cánones de belleza que nos están metiendo a la sociedad de ponerte filtros, de ponerte una máscara que no eres tú.

¿Deberíamos recuperar esa naturalidad de las folclóricas?

Totalmente. Esa naturalidad es básica, es ser uno mismo, la esencia. No fingir quien no eres. Hay mucha gente que me dice que soy un personaje o que quién es Nya. Y yo soy como soy. Hay mucha gente que se crea un personaje, que es respetable, pero yo creo que cada uno tiene que ser como es, eso es lo más puro.

En Raíces mezclas lo flamenco y urbano, ¿cómo tomaste la decisión?

Hace nueve años, mi primer disco era eso, una fusión del flamenco con lo urbano. Siempre he hecho este estilo de música. Sí que es cierto que a veces me he podido ir a lo comercial o he probado en alguna balada, pero este estilo de música es mi esencia. ¿Por qué lo hago así? Porque me he criado y he crecido con esa fusión y he escuchado flamenco, música negra y me encanta el árabe. Intento no perder esa esencia de lo que uno tiene y lo que uno quiere, mandando también un mensaje, haciendo como un poquito de todo.

«Si en algún momento he hecho algo más comercial es porque me ha salido; otra cosa es que sea mi esencia»

 

¿Cómo ha influido tu vida en Triana en tu música?

Yo soy más trianera ahora que de pequeña. Mi madre me cantaba copla, pero en el instituto mis amigas eran de Camarón y de escuchar flamenco y yo era de funk, R&B, otro rollo. Al final, tú lo escuchas, pero no lo estaba valorando, no sé si por rebeldía, lo echaba un poquito al lado. Hasta que con 20 años me vine a Madrid, me metí en una cueva flamenca y se me pusieron los vellos de punta. Sentí muchísimo el flamenco, es como un sentimiento muy fuerte el que me entra cuando lo escucho. Ahí empecé a valorarlo, a empaparme y a ver qué me pasaba aquí dentro, que me salían cosas, a mi rollo, pero me salían cositas.

En «Lo juro» decías que no vendes tu arte, ¿es una crítica a lo comercial?

No me refería a no venderme a hacer algo más comercial. Lo comercial no está mal. Si a ti te gusta, es así. Me refería a no ser uno mismo, lo que quiera ser, lo que realmente siente. Si en algún momento he hecho algo más comercial es porque me ha salido; otra cosa es que sea mi esencia. No vender mi arte va más allá de un contrato o alguien que te esté guiando. Es necesario que haya cambios, también tienes que establecer qué te gusta.

Tus trabajos siempre desprenden una visión muy cuidada, ¿estás tú detrás de todas las decisiones?

Estoy detrás de todo. Elijo un equipo, porque una sola ya o he hecho y es demasiado, e intento dar una idea muy cara de lo que quiero. En «Lo Juro», el guion y la dirección es mía. Si me ves, te vas a reír, porque estoy interpretando, al mismo tiempo estoy dirigiendo y al mismo tiempo le estoy diciendo al actor lo que tiene que hacer. Me meto en todo: en el maquillaje, en el vestuario… Busco lo que me gusta, pero les doy las directrices.

También eres actriz, ¿dónde te sientes más cómoda?

Sin lo creativo no puedo estar. Me puedo dedicar a otra cosa que no tenga nada que ver con el arte, pero siempre voy a estar creando porque es necesario para mí. Lo creativo no puede desaparecer, con eso me quedo.

«El flamenco es algo que solo tenemos nosotros. No entiendo cómo no se ha hecho en Eurovisión»

 

Incluso te hemos visto de invitada en Tu cara me suena, ¿cómo te sentiste imitando a Chambao?

Fatal. Muy mal, muy mal [ríe]. Es muy guay la experiencia, súper divertida, pero imitar es complicado. Yo tengo una voz muy personal y colocarla para tenerla parecida a alguien o el timbre es complicado. De hecho, hace muy poquito Chambao me empezó a seguir y decía: «Esta mujer no sé si lo habrá visto o no, pero qué vergüenza» [ríe].

¿Te plantearías en algún momento representar a España en Eurovisión?

Me apetecería, que represente a España alguien parecido, del estilo. Creo que no se ha hecho y es algo que solo tenemos nosotros. Un flamenco con una puesta en escena mezclando con algo actual más urbano, puede ser la bomba. Ir a Eurovisión no es una ilusión que yo tenga, pero creo que sería guay hacerlo; creo que es necesario. Cuando he cantado en otros países, aprecian muchísimo el flamenco, lo valoran y no entiendo por qué no hay un flamenco ahí, incluso una fusión guapa, no entiendo cómo no se ha hecho.

¿Crees que no se valora lo suficiente en España?

Es como lo que me pasó a mí de pequeña. Al final, lo tenemos tan ahí, que no lo valoramos, pero yo creo que con la fusión que se está haciendo ahora incluso la gente está siendo más flamenca que antes. Creo que ahora es un momento que a la gente le está gustando mucho y se siente más flamenca.

También muchos artistas han apostado por este estilo.

Recuerdo que cuando yo saqué la fusión del flamenco hace nueve años, no sabían dónde ponerme, no sabían etiquetarme; era complicadísimo. Ahora no, ahora es claro, mucha gente lo hace, incluso gente urbana que mezcla el flamenco. Es un momento en el que está en lo más alto.