Pablo Alborán detiene el tiempo del Stone Festival en Mérida

La pasada noche Pablo Alborán deleitó a sus seguidores en un concierto de dos horas enmarcado en su Tour vértigo 2021. Tres años después de su última cita Pablo volvió a brillar en el certamen emeritense y agradeció al público la compañía y devoción que le ha prestado durante años, hace meses que ya colgó el cartel de «No hay billetes» en el Festival.

Pablo iniciaba el recital, con camisa gris marenga de lino y pantalón negro, destapando su “Tabú” y haciendo ver a los asistentes que volvía al Stone con más fuerza y ritmo que nunca. Con su “Corazón descalzo” demostró porque este álbum consiguió el disco de oro en apenas tres semanas. En un gesto espontáneo del público el anfiteatro se llenó de luciérnagas y “Saturno” brilló en la galaxia emeritense.

Sobre las tablas un auténtico derroche de energía, sensibilidad y sensualidad. “La vida es una bachata, así que vamos a bailarla como sea” dijo el malacitano al público asistente en el Teatro Romano. Y con temas como “Donde está el amor” o “Te he echado de menos” hizo un viaje por un pasado que está muy presente, recibiendo un largo aplauso al acabar de interpretar los éxitos que le han encumbrado.

Un público entusiasmado acompañó al diamante malagueño durante las más de veinte canciones que sonaron, tanto que con la voz entrecortada por la emoción el intérprete andaluz dijo “Quiero detener el tiempo, que esto no pase nunca”. Y por unas horas lo consiguió.

Mención aparte merece el equipo artístico del cantante, que consiguió integrar perfectamente un delicado equipo de luces entre las majestuosas columnas del escenario del anfiteatro sin romper con la estética del lugar. A cada canción una nueva puesta en escena, en unas brillaban las columnas y otras solo la figura de Alborán. Aunque lo que no paró de deslumbrar en toda esta eterna noche de verano fue la carismática voz de Pablo.

A mitad de la noche el tiempo se detuvo en el Anfiteatro romano, Pablo Alborán aprovechaba la maravillosa acústica de este enclave para cantar a capella “Prometo”. Un público en silencio acariciado por una dulce y emocionada voz que puso los vellos como escarpias e incluso logró sacar las lágrimas de más de un asistente. Tras el silencio y una sonora ovación con el público en pie el cantante prometió a su público “devolver este cariño muy pronto, con más música”.

Fotos y texto: © Jose Medina