La capital francesa presume de ser la ciudad del amor y de la luz. Escenario de películas, historias y aventuras de ayer y de hoy, París guarda entre sus calles años de historia, arte, bohemia y atractivo que justifican con creces que la afluencia de visitantes no pare de crecer. Si entre tus planes de este invierno, o quizás en un futuro algo más lejano, se encuentra formar parte durante unos días de la magia parisina, no te pierdas las recomendaciones que traemos en Hoy Magazine para que hagas de tu estancia un autentico cuento con la más pura esencia de esta ciudad.
Si algo es Paris, es, sin duda, cultura. Los museos de la ciudad están dentro de los más famosos del mundo, y no es para menos, pues alberga obras que harán soñar a cualquier amante del arte. Un recorrido por todos los estilos, desde momias del Antiguo Egipto hasta La Fuente de Duchamp se encuentran en los edificios que ya impresionan desde su arquitectura. El antiguo Palacio Real que hoy es el Museo del Louvre, lo que previamente fue una estación de tren que alberga hoy en Musée d’Orsay o la cuanto menos pintoresca construcción del Centre Pompidou impactan a visitantes y locales desde el primer momento que se llega a sus pies. Además, monumentos como el Grand Palais o el Petit Palais suelen albergar exposiciones temporales de un gran valor artístico, como la exposición Toulouse-Lautrec. Decididamente Moderno, que se encuentra en el Grand Palaos hasta el 27 de enero de 2020. Más allá de la Mona Lisa, un sinfín de obras de arte conocidas y por descubrir están dispuestas a hacerte pasar un interesante día cultural que puede completarse con un picnic y un vino en el Jardín de las Tullerías, frente al Museo del Louvre.
Cada barrio y distrito de la ciudad guarda una cualidad que los hace únicos y esenciales en el conjunto, pero sin duda, dos de los barrios con más encanto son Montmartre y Le Marais. Montmartre, cuna del Moulin Rouge, testigo del romance de Satine y Christian, el barrio de los pintores y de la bohème, es, sin duda, una parada obligatoria en tu paso por la ciudad. Y, si no has tenido suficiente con sus plazas y calles, terminarás de corroborar su encanto disfrutando de la puesta de sol en las escaleras del Sacre Cœur (eso sí, si no gozas de una forma física envidiable y tampoco te apetece tentar a la suerte, mejor subir en funicular). Por su parte, Le Marais conserva el recuerdo de un París de antaño, con sus hôtels que atestiguan el pasado de residencia aristocrática del barrio, comulgando con las cafeterías y restaurantes de moda, así como con un gran número de tiendas vintage donde encontrarás verdaderas gangas. Además, esta zona destaca particularmente por sus plazas, como la magnífica Plaza de los Vosgos, pero también por todos esos jardines escondidos en callejuelas que resultan aún más impresionantes si son descubiertos por azar. Pero, al margen de todo esto, Le Marais es un barrio que presume de tener un gran poso histórico y cultural, resultando imprescindible en la visita la Casa de Víctor Hugo, el Museo Picasso, el cementerio Père Lachaise o el Museo Carnavalet, que nos brindará un amplio recorrido por la historia de la ciudad.
Fuera de la ciudad de París, y aunque su precio pueda resultar caro, si queremos hablar de verdadera magia, tenemos que referirnos sí o sí a Disneyland París, el lugar hecho para hacer soñar al niño que todos llevamos dentro. Sus parques de atracciones, Disneyland Park y Walt Disney Studio Park, cuentan con una amplia variedad de actividades basadas en los cuentos y películas que todos conocemos, y que harán disfrutar a toda la familia, ya que podremos encontrar diferentes intensidades que seguro harán disfrutar desde los más atrevidos a los que prefieren la calma. Pero, además de las atracciones, tan solo por la ambientación, decoración y espectáculos, merece la pena pasar un día allí y, sobre todo, esperar al espectáculo final, que te hará volver a creer en las hadas, en los cuentos y en la eterna niñez.
Gran parte de la esencia de esta ciudad reside, sin duda, en sus calles, plazas y edificios. La tipología de sus viviendas son reconocibles por el mundo entero, y la belleza del skyline parisino gana aún más cuando se descubre a pie de calle cada detalle de ésta. Pasear por las calles de París, respirar su aroma, llenarse de su ambiente elegante y pintoresco a partes iguales, dejarse llevar por sus rincones más recónditos ayudan a enamorarse de la esencia de ella. Además, el paisaje se enaltece con edificios como la Sainte Chapelle o la Ópera Garnier, ejemplos que por fuera impresionan, pero en su interior dejan sin palabras a cualquier espectador, y no debes dejar pasar la oportunidad de dejarte embriagar por ellos. Aunque, precisamente, parte de este ejercicio de dejarse llevar por la calles de la capital francesa consiste en descubrir nuevas joyas que no suelen ser must en las guías de turismo, pero que contribuyen con creces al sueño que supone esta ciudad, como el Musée du Parfum, del que ya hablamos en Hoy Magazine. Por eso, y aunque la accesibilidad y comodidad del metro nos empuje a querer usarlo todo el tiempo, os invitamos a que aprovechéis la superficie y acompañéis vuestro viaje por un paseo siguiendo el Sena, la calle Rivoli o los Campos Elíseos, y apreciar así de cerca los monumentos más emblemáticos de su paisaje como la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo o la catedral de Notre Dame, visiblemente dañada tras el nefasto percance del pasado abril.