El arte nos calma, nos activa, nos alegra y nos emociona. Pero además de todo ello, el arte también se convierte en un refugio para desconectar del mundo. Ya sea admirando una obra, viendo una película, leyendo un libro, o dejando volar nuestra creatividad e imaginación. Creando arte por nosotros mismos.
En este caso no buscamos ser los mejores, los más originales o innovadores. No es una competición ni hay que pensar en hacerlos perfectos para exponerlos en una galería de arte o museo. En este caso, lo que se quiere es desconectar a través de los pinceles y brochas, lápices y pinturas. Desconectar a través de la pintura.
En el último año las artes nos han ayudado a sobrellevar la pandemia y de entre ellas la pintura y en general las artes plásticas se han convertido en sinónimo de bienestar, calma y desconexión. Centrando la mente en la lámina en blanco y en todas sus posibilidades somos capaces de estimular nuestra creatividad y nuestro pensamiento abstracto, calmar la ansiedad, aprender a expresarnos y a pasar tiempo de calidad con nosotros mismos.
Pintar calma nuestra mente, activa nuestra creatividad y nos induce a un estado de concentración y conexión con nosotros mismos que alivia toda la carga del mundo exterior
No hace falta tener talento innato o una sensibilidad única para dejar volar la imaginación. Ni el ver las obras del resto nos debe paralizar. ¿El truco? Olvidarse de el resto, y, sobre todo, no anticipar el resultado sino disfrutar del proceso. Ver como nuestras emociones y pensamientos se materializan poco a poco, creando algo que es puramente nuestro, ¡único! Al pintar solo existe la obra y tú, todo lo de alrededor desaparece o se silencia. Y es que pintar y dibujar requieren de una gran atención. Vivir al 100% el momento presente. La mente está tan concentrada que no deja espacio a otros pensamientos.
Puede que esta sea una visión más terapéutica que artística de la pintura. Pero, al fin y al cabo, desde siempre las artes plásticas se han interpretado como la expresión del mundo interior de los artistas. Aunque igual artistas con mucha más práctica y talento. ¡Pero en este caso no es lo más importante! Si Picasso, Monet, Sorolla disfrutaron de la pintura, ¿por qué no íbamos a poder nosotros más allá de admirar sus increíbles obras?
¿Te ha picado el gusanillo de pintar? ¡Manos a la obra! Elige un lugar tranquilo con buena luz de tu casa. Ponte ropa cómoda, deja a un lado el móvil, coge una buena postura y deja que el proceso de crear te evada del mundo.