El protector solar es un básico de verano, nos lo ponemos especialmente cuando sabemos que nuestra piel va a estar expuesta al sol durante un buen rato y eso está muy bien. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la gran mayoría de cremas solares están compuestas con algunos ingredientes que resultan muy perjudiciales para el medio ambiente, en especial el medio marino. Por ello hay que ser conscientes del protector solar que vamos a usar cuando vayamos a la playa, sobre todo si eres de esos que no salen del agua.
¿Por qué debemos preocuparnos de comprar protectores solares respetuosos con el mar o biodegradables?
La respuesta a esta pregunta es muy preocupante. Cada año se vierten al mar y los océanos entre 6.000 y 14.000 toneladas de crema solar. Este tipo de productos tiene un gran impacto sobre la fauna y la flora marina (mención especial a los corales).
Obviamente el uso de crema solar es esencial para la salud de las personas y es necesario usar protectores que protejan la piel de los filtros UV, pero también hay que proteger el medio ambiente. Y ambas cosas son compatibles.
Es evidente que el mercado se adapta a la demanda, cada vez hay más gente que se preocupa por estos detalles y la industria cosmética no para de innovar, especialmente en las texturas y las formulaciones. La conciencia social con el medio ambiente está más presente que nunca, por ello buscan ingredientes que sean más ecológicos y respetuosos con el mar. El problema es que no todas las marcas hacen por adaptarse y tampoco existe una normativa (al menos en Europa) que en formulación de protectores solares regule el uso de ciertos componentes químicos que son perjudiciales para el ecosistema marino.
La esperanza no está perdida, hay países como Hawaii que tienen prohibido por ley el uso de determinados componentes químicos que acaban en el mar por culpa de los protectores solares. En especial la oxibenzona y el octilmetoxicinamato, dos filtros que parecen afectar bastante al blanqueamiento de los corales. Al igual que Hawaii, otras zonas como la Rivera Maya, las Islas Turcas, Caicos o las Islas Vírgenes, se han unido a la prohibición de utilizar productos solares tóxicos. Todos estos sitios luchan contra el deterioro del ecosistema marítimo de la misma manera. Legislando en contra del uso de ingredientes y componentes que causen algún daño medioambiental y exigiendo etiquetados «Reff safe» (arrecife seguro).
Protectores solares con certificado «Reef safe«
El problema del etiquetado «Reef safe» es que no está regulado oficialmente. Esto da la oportunidad a las marca de poder etiquetar su producto como tal sin serlo. Puede resultar complicado elegir un protector solar adecuado, que cumpla los criterios sostenibles ya que los nombres de los componentes son muy complicados. Un elemento clave para saber si estamos adquiriendo un protector «Reef safe» es asegurarnos que la fórmula de nuestro protector solar esté compuesta por filtros físicos y no químicos.
Filtros químicos vs físicos
En contraposición a los químicos. Los filtros físicos ofrecen numerosas ventajas para la piel y para el medio ambiente. Son más seguros, ya que la piel no los absorbe, se limita a mantenerlos en la superficie para crear una barrera contra la radiación. Básicamente su función es hacer un efecto espejo para que los rayos UV no penetren en nuestra piel. Además , con este tipo de filtros la probabilidad de que desencadene cualquier tipo de alergia o sensibilidad es muy baja.
Pero lo que destaca sobre cualquier cosa con sus ventajas con el medio ambiente. Al no utilizar componentes sintéticos, no generan residuos químicos. Ahora ya sabes, pásate a la cosmética comprometida y utiliza protector solar biodegradable. Y los productos que ya tengas, simplemente úsalos cuando no vayas a ir a la playa.
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