La preocupación común por el estado del cabello no es ningún secreto. En ocasiones vemos como pierde brillo, se vuelve seco e incluso se cae de forma imprevisible. Esto puede ocurrir por numerosos factores como el estrés, la genética o el uso de tintes y decoloraciones. Algunas de estas causas no pueden evitarse. Sin embargo, la alimentación es muy importante para el crecimiento del pelo y por ello debemos cuidarla.
En una entrevista en Telva, Marta Hermosín, farmacéutica consultora de democosmética del Instituto de Dermatología Integral, afirma que con una dieta equilibrada el cuero cabelludo se mantendrá sano. El pelo está compuesto por la queratina, una proteína también presente en las uñas, y por una gran cantidad de sales y minerales. Por esta razón, nuestra alimentación debe contener nutrientes para favorecer la síntesis de la proteína principal, la queratina y los minerales necesarios para que luzca abundante y con brillo.
Pero, ¿dónde los encontramos?
La vitamina A, por ejemplo, se encuentra en los huevos, la verdura, o el aceite de oliva. Esta evita que los glándulas sebáceas, presentes en el cuero cabelludo, se sequen.
La vitamina B está principalmente en el pescado, la carne vacuna, la soja, las legumbres, los frutos secos y los cereales integrales. Esta vitamina es imprescindible para el metabolismo de los ácidos grasos, causantes de de una buena nutrición de las células del folículo piloso, y por tanto, de un cabello fuerte y sano. La levadura de cerveza posee un gran aporte de proteínas, sobre todo del grupo B, además de contener aminoácidos esenciales y otros minerales.
Por su parte, la vitamina C la encontramos en las naranjas, el kiwi, el limón, el brócoli o las espinacas. Todos ellos favorecen la producción del colágeno. Este es una proteína que forma tejidos estructurales en nuestro organismo y aporta hidratación y elasticidad a nuestro cabello.
El hierro está en la carne roja y las verduras en general. El hierro ayuda al crecimiento celular por lo que es indispensable para que el cabello nazca sano. También en la carne y el pescado se encuentra el zinc, fundamental para potenciar este crecimiento que tanto nos preocupa. Y, el azufre, que fortalece la estructura del pelo, podemos encontrarlo en el huevo, la fruta y la verdura.
Además debemos beber al menos, un litro y medio o dos de agua al día. Los líquidos son indispensables para que el pelo esté hidratado, y son parte una dieta saludable.
¿Qué debemos evitar?
Principalmente, las grasas saturadas, los alimentos fritos y excesivamente procesados. Los azúcares rápidos, el alcohol en exceso, el tabaco y la cafeína. En definitiva, la salud del pelo está estrechamente relacionada con nuestras rutinas. El estrés, la ansiedad y las preocupaciones también afectan de forma negativa. Así que, cuerpo sano, mente sana…¡pelazo!