Prendas desestructuradas y colores flúor que destacan en el segundo día de la MBFWM

Andrés Sardá fue la encargada de abrir el segundo día de desfiles, volviendo a los años 70 de Nueva York y viajando a lo largo de todas las etapas del día. La cotidianeidad de la mañana y la diversión por la noche. Transparencias y colores flúor para la mañana y colores oscuros como el negro mezclado con pedrería de Swarovski para la noche. El talle alto de las braguitas y los pronunciados escotes, enseñando siempre la lencería, ha sido la fantasía de este desfile. Sin olvidar el protagonista que se ha encargado de abrir y cerrar la pasarela: Andrés Velencoso, convirtiéndose en el primer modelo en lucir la lencería de Sardá.

Como siempre dice Nuria Sardá, el traje de noche comienza a vestirse con la lencería que se luce primero. Por lo que fue el turno después de Isabel Sanchís para presentar una colección basada e inspirada en la diversidad cultural del mundo, haciendo un guiño a todos sus clientes de todos los países. Largos vestidos que resaltaban la figura femenina, pantalones de pata ancha y cintura alta, blazers de hombreras rectas y pronunciadas y mangas elegantes con vuelos y flecos. Estos últimos se convirtió en un complemento imprescindible y muy destacado en todos sus looks, y que también se combinaban con colores metalizados.

Y de los vestidos con elegancia, pasamos a los vestidos de ensueño de Hannibal Laguna. Con sus vestidos largos, desestructurados, con mangas abullonadas y mezclando colores llamativos, fusionó siluetas de los años 50 y 60, mezclando una armonía retro, con formas curvas y figuras fluidas. Formas geométricas, grandes estampados florales y mezclas de colores entre el amarillo o el naranja y el lila, el verde o el naranja. También sus trajes pantalón, destacaron por su pata ancha y su alta cintura.

Con Roberto Toretta comenzamos a desfilar con looks más Street style. Su colección planteaba siluetas de corte midi, multipunza-train y tejidos satinados. Colores como el marrón golden, caldera, verde, azul denim o microcanalé. Sus diseños destacaron por los abrigos, chaquetas y pantalones en tejidos sargados de tonos neutros o lana prensada azul marino. En su conjunto, ha definido la elegancia de una sastrería definida y la minuiciosidad del detalle de las telas, que se convertirá en tendencia para la próxima temporada.

Y siguiendo en la misma línea, Teresa Helbig vuelve a sorprendernos con sus elegantes y modernos diseños.  Ha presentado su colección “Bookwalk”, transmitiéndonos el fascinante mundo de los rincones que se pueden encontrar en las bibliotecas. Botas altas en punta pero con poco tacón, vestidos largas hasta los tobillos con poco vuelo y destacando el tableado. Líneas rectas, mangas cortas y largas, y con volantes. Escotes en forma de V y cuellos redondos y aperturas.

Jorge Vázquez  abrió el desfile con una modelo que vestía los colores de Ucrania y un bolso con su bandera, con las letras «Peace» en grande y chorreando. Presentó una colección que nos recordó a la España de los años 70, ambientado con música flamenca en directo. El negro, las lentejuelas, las plumas y los estampados de corazones, pudimos verlos durante toda la pasarela. Colores flúor y mezcla de colores de la misma gama cromática. Una oda a la libertad, las tradiciones, lo artesanal, a la técnica y a las prendas vivas.

Y para finalizar, Brain and Beast presentó una colección atemporal con piezas en forma de “puzzle”. Una nueva interpretación o mutación, haciendo una oda al progreso, a la evolución y al cambio. Trajes desestructurados, combinación de camisas con jerséis, vestidos cortos, colores pastel, mezcla de estampados, dos mismas sudaderas… Un resultado contradictorio, pero al mismo tiempo una perversión al sistema establecido.