La mayoría de nuestro país ya está en fase tres de la desescalada y parece que por fin vamos a poder disfrutar del verano, aunque esta vez sea un poco diferente. Ya estamos planeando que haremos en vacaciones y cómo viviremos esta nueva estación. El buen tiempo y el calor son ya notables, anochece más tarde y esto nos invita a vivir más horas en la calle y más después del encierro de estos últimos meses. El verano es sin duda una época para disfrutar, relajarse y ser libre.
Pero si por algo se caracteriza también esta estación es por los efectos, muchas veces negativos, que puede tener el sol sobre nosotros. En verano estamos mucho más expuestos a los rayos del sol y estos además son más nocivos al estar este astro más cerca de la Tierra. Esto puede causar muchos problemas en la salud, desde insolaciones o quemaduras en la piel hasta otros más graves como daños oculares o melanomas. La mayoría de los expertos recuerdan la importancia de protegerse del sol y recomiendan aumentar la protección en los meses más calurosos.
Para que este año el verano no te pille desprevenido y puedas disfrutar al máximo, te damos 6 consejos básicos para protegerte del sol y cuidarte por fuera y por dentro.
Usa crema con protección solar
La crema hidratante con SPF es un imprescindible en cualquier rutina de belleza y no solo en verano. Protege nuestra piel de los rayos UV y evita daños derivados de la incidencia del sol y tan comunes como manchas y lunares. Como todos sabemos existen diferentes factores de protección aunque los más recomendados para una piel normal suelen estar entre el 30 y el 50. Una vez elegido el tipo de crema, tenemos que aplicarlo treinta minutos antes de salir a la calle para que el producto se absorba y actúe correctamente. La crema solar es un básico que no debemos olvidar para tener una piel sana, fuerte y joven.
¡Hidrátate!
Uno de los pilares fundamentales de nuestra salud es la hidratación. No sólo para garantizar el buen funcionamiento de nuestros órganos si no también por su repercusión en la primera barrera de nuestro cuerpo: la piel. En verano es aún más necesario mantener una correcta hidratación y sobre todo no esperar a tener sed. Hay que intentar ingerir de dos a dos litros y medio al día de liquido y puede ser de la forma que más nos guste: agua, zumos, refrescos, bebidas con sales minerales, infusiones…
Adapta tu alimentación
Para mantener una correcta alimentación debemos consumir todo tipo de alimentos, adaptándonos a la temporalidad sobre todo en lo que a frutas y verduras se refiere. Estas últimas son un aliado estupendo en el verano, por su gran contenido de agua, vitaminas y minerales. Las podemos consumir de muchas maneras como por ejemplo en ensalada, cremas frías o macedonias y combinarlas con carne, pescado, legumbres o pasta. Reducir el consumo de grasa nos ayudará a que las digestiones sea más ligeras y sentirnos mejor en esta estación.
Elige bien lo que te pones
Si no queremos sufrir el efecto sofocante del calor tenemos que saber elegir el tipo de ropa que utilizamos. Existen materiales y tejidos como el lino y el algodón que son más transpirables y fresquitos y nos ayudan a regular la temperatura del cuerpo. A esto se le suma el corte de las prendas, preferiblemente amplias y que no sean incómodas. También los colores nos pueden ayudar contra el sol: mejor usar ropa de colores claros y pastel que reflejan la luz y evitar los tonos oscuros.
Los accesorios: tus mejores aliados
Los accesorios son un must en todas las estaciones pero aún más en verano. No sólo por completar nuestros looks si no también porque nos protegen del sol. Bucket hat, gorras, pamelas, sombreros, etcétera; tienes infinidad de opciones para cubrirte la cabeza y evitar que los rayos incidan directamente. Las gafas de sol también son imprescindibles para evitar lesiones oculares además de protegerte de los reflejos. Y si el pelo te molesta con el calor no te olvides de los pañuelos, diademas y otros accesorios como pinzas y gomas.
Hay horas y horas
Nos lo han dicho hasta nuestras madres: hay que evitar salir a la calle en las horas de más calor. Al medio día es cuando el sol está en su punto más alto y sus rayos son más directos, por lo que nos pueden afectar más. Si no es imprescindible salir, es mejor que nos quedemos en casa.
Si hablamos de deporte esto es aún más importante. Las mejores franjas para realizar ejercicio físico en el exterior serían la primera hora del día y el atardecer, porque la temperatura es menor y ya no hay tanta luz. Si vas al gimnasio o entrenas en casa, procura que el calor no se acumule ventilando bien la sala e hidrátate antes, durante y después.
Trucos sencillos para empezar el verano protegidos y disfrutar de él como los merecemos.