Ser joven no es ningún impedimento para ser un gran artista. La ilusión y las ganas por crecer en los escenarios son unas de las claves de Quique González, el actor que protagoniza el icónico musical Grease en el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid. Con tan sólo 19 años, Quique, natural de Madrid, lleva más de una década en el mundo de la intepretación. Actualmente, se pone en la piel de Danny Zuko todas las semanas, bailando, cantando, actuando y transmitiendo una infinidad de emociones que despiertan en el público la nostalgia que produce este musical.
La recta final de Grease llega esta semana, puesto que la obra termina su etapa en Madrid el próximo domingo 29 de mayo. Para conocer las sensaciones del actor al terminar esta experiencia y animar a los lectores a que asistan a estas últimas funciones, entrevistamos a Quique González acerca de esta edición especial del 50º aniversario de Grease, el musical y para conocer su trayectoria, sus gustos musicales y sus sueños.
Estáis a punto de terminar vuestras funciones en Madrid ¿Cómo te sientes después de tantos meses?
Uff… Ha sido muy fuerte la experiencia de Grease. Creo que nos ha marcado a todos como adolescentes, tenemos una edad en la que nos hemos juntado un grupo de chavales que hemos crecido juntos y al final esta experiencia ha ido mas allá de lo profesional. Es un cúmulo de emociones a nivel personal porque también se ha creado una familia, un vínculo que es algo muy bonito.
Sois un elenco muy jóven. ¿Os conocíais ya?
No, nos lo suelen preguntar. Pero la mayoría no. Sí que había un montón de gente de Billy Elliot que cogieron aquí para esta producción, pero la gente que no habíamos estado en Billy nos fuimos encontrando y creamos este grupo… Hay gente de Madrid, Málaga, Valencia, Barcelona…
¿Cuál fue el primer musical que viste?
No sabría decirte. Tengo el recuerdo de ver, cuando era muy pequeño, Cabaret, y me encantó.
¿Cuándo empezaste ver musicales?
Empecé con diez años haciendo Sonrisas y lágrimas en Gran Vía, y estar ahora haciendo un prota en Madrid es un sueño, es cono lo que he soñado siempre. Siempre que he ido a ver musicales decía “yo quiero estar ahí” y mira…
Y ese sueño ha llegado, ahí estás… ¿Te costó mucho llegar ahí?
Fueron muchos castings y varias pruebas. Para todos los musicales profesionales se requiere un elenco muy formado, pero más para el papel de Danny Zuko, porque baila, interpreta… Fueron muchas pruebas y se seleccionó un elenco muy formado, muy preparado y muy joven.
Habrás tenido que hacer un sobre esfuerzo…
Sí, porque hicimos dos años de formación. La productora nos puso dos años de formación en todas las disciplinas: canto, interpretación, danza, jazz… La preparación la hacemos en la SOM Academy, que también prepara para Billy Elliot, Matilda… Y esa formación la tuvimos nosotros, nos becaron y eso fue lo que hizo que todos nos igualásemos en las disciplinas.
Pero tú ya cantabas antes…
Sí, yo cantaba e interpretaba desde muy pequeño, pero el baile no lo había tocado en gran parte hasta entrar en Grease. Todo lo que he aprendido de baile lo he aprendido aquí. El baile tiene una gran importancia, ha sido un trabajo muy fuerte.
¿Cómo fue esa llamada cuando te dicen “Eres Danny Zuko”?
Pues fue muy fuerte. Un momento único saber que estaba dentro de Grease. Es un sueño. Recibes esa llamada y no te lo crees. Aunque luego fue un proceso muy largo, creíamos que nunca iba a llegar el día del estreno, porque fueron meses de preparación, meses de ensayos, la pandemia por medio.
Ponme en situación con fechas. ¿Cuándo fue el casting?
El casting fue en abril de 2019, hace casi tres años. Yo estaba empezando bachillerato, con dieciséis años recién cumplidos, y ahora tengo diecinueve.
Y llegó la pandemia…
No pensábamos que iba a llegar el estreno porque llegó la pandemia y dijimos “hasta aquí”. Ya. Se acabó Grease. Pero no fue así, los productores hicieron un esfuerzo enorme para sacarlo adelante.
Sería una frustración en aquel momento el ver que casi no se hace el musical….
Fue muy fuerte, sí, porque llevábamos muchos meses preparándolo. Muchos meses de formación y de ensayos y, de repente, se paró todo. Nos hundimos un poco. Pero ni incluso en cuarentena dejamos de trabajar, porque hicimos reuniones por zoom y vídeos. El coreógrafo nos mandaba los vídeos y nosotros nos grabábamos haciéndolas. Pero siempre pensábamos “¿Qué va a pasar con Grease?”. Cuando nos dijeron que sí se haría fue una noticia incluso más gratificante que la de que nos hubieran cogido. Cuando el director mandó un audio el director diciendo que había que aplazar el musical un año, vimos que se venía todo abajo. Pero la unión hizo la fuerza y sacamos esto adelante.
¿Cómo fue la primera subida del telón?
Las funciones previas fueron increíbles y muy emocionantes, porque te acompaña tu familia, tus amigos, la gente que siempre has querido que esté en ese día tan especial para ti. Fueron muy bonitas las previas porque, después de dos años y medio de trabajo, ver cómo se levanta el telón y estar en el escenario con tu familia fue una sensación muy bonita. Y el estreno a público también, el público recibió Grease con unos aplausos larguísimos. Ver a gente que no te conoce aplaudir tanto, es emocionante. Como a día de hoy, a una semana de terminar Grease, se siguen poniendo en pie todas las noches, es un regalo.
Tu personaje es un chulo… ¿Cómo llevas eso?
Sí, sí lo es. Lo he tenido que trabajar muchísimo, es un personaje que tiene una manera muy particular de moverse, de sonreír, de andar, de relacionarse, la forma de hablar, de cantar… Hay muchos artistas que han hecho este personaje, pero siempre te viene a la cabeza John Travolta, y su forma de cantar, y eso hay que estudiarlo mucho. Todos los papeles están muy trabajados, como hemos tenido tanto tiempo, hemos podido estar mano a mano con el director puliendo cada detalle del personaje para sacar adelante un musical redondo. ¡Algo bueno tendría que tener el haber tenido tanto tiempo! (Ríe)
¿Qué rasgo es el que más te gusta de Danny Zuko?
Al final él es el líder de su grupo de amigos. Él es muy fiel a sus amigos a pesar de que por Sandy intente cambiar. Ver esa faceta de líder y como amigo de sus amigos, y luego a parte ver esa faceta de cómo es él de verdad con Sandy, es muy bonito. Tiene esa parte romántica cuando está con Sandy y esa parte de chulo cuando está con sus amigos, pero lo bonito de la función está cuando consigue unir las dos partes y estar contento.
¿Y su pelo?
Joder, el tema del pelo (Ríe). Estoy deseando cortarme un poco el pelo, ahora que llega el verano hace un calor… Yo tengo que tener el pelo largo para el personaje, y me lo cortan aquí, en el teatro, para que luego se pueda peinar el tupé como lo lleva Danny Zuko. Ahora que llega el verano, estoy deseando pegarme un corte. No voy a hacer como en cuarentena que me volví loco y me rapé al cero, pero sí me voy a cortar. Aunque yo siempre he sido como Danny Zuko, lo comparto, he sido de peinarme mucho, a todas horas, él tenía otra manera de peinarse, pero yo siempre estoy pendiente de cómo llevo el pelo. Pero sí es un trabajo importante de peluquería.
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Habrás visto muchas veces la película…
Sí. Mucho. Además, yo había hecho Grease con mi escuela de teatro. Creo que todos los que hemos estudiado teatro musical en escuelas hemos pasado por hacer Grease alguna vez en la vida. Yo hice Grease ahí y luego hacerlo profesionalmente es muy fuerte.
Es una historia muy real, habla de los cambios de actitud, los sentimientos escondidos…
Sí, es una historia que gira mucho en torno a las apariencias, a lo que quieres aparentar de cara a tu familia, a tus amigos, al público, a lo que sea. Pero se aprende que no hace falta aparentar, que al final vas a ganar más si eres como tú eres en verdad. Al final siempre has tenido algún momento en tu vida en el que has tenido que aparentar o dar la cara… Pero si eres tú mismo, llegas más lejos.
¿Cuál es tu escena favorita del musical?
La escena del deporte. Me parto de risa. Si aún no habéis venido, tenéis que venir a ver ese momento con mis pantalones arriba.
Resulta peculiar que cantéis las canciones en español. Sé que no es una decisión tuya, pero ¿cómo te sientes al respecto?
Es algo que me suele preguntar el público. Yo siempre digo que, al final, estamos contando una historia. Cuando vienes a ver un musical, hay canciones de por medio, pero las canciones forman parte de la trama. Tú no puedes estar contando tu aventura con Sandy y, de repente, ponerte a hablar en inglés, no tiene sentido, porque pierdes el hilo. Si tú estás contando que el verano fue un subidón, que me enrollé con un bombón, como dice la canción de “Noches de verano”, tiene sentido que la cantes en español, porque forma parte de la historia, no es una escena y una canción, lo que se pretende es que todo sea uno. Entiendo que, al ser canciones tan míticas, la gente tenga metida en la cabeza el “tell me more, tell me more” y luego escuchas “cuenta más, cuenta más” y al principio chirría, pero te acostumbras. Además, al final, hacemos un guiño a las canciones en el medley para saludar, que se hace entero en inglés, se hace un remember a las canciones originales para cerrar la función.
Y ahora cerráis la función definitivamente en Madrid… Da penilla, un poco, ¿no?
Da penilla. Yo ayer me emocioné en los saludos de la función de ayer. Lo piensas y no sabes si vamos a tener la oportunidad de volver a representar esa función, ojalá que sí. Está todo en el aire, no se sabe. A mí, desde luego, me encantaría poder seguir haciendo Grease. Estamos aprovechando esta última semana para darlo todo sobre el escenario. Pero así también es la vida, es una etapa más, que se cierra, y ya llegarán otras cosas.
¿Qué te llevas de Grease?
Para empezar, una familia. Lo que te comentaba al principio. Si pienso en algo que me llevo, es la gente. Pasamos los días juntos, hasta los días libres. Pero también me llevo el aprendizaje: hacer un protagonista, con diecinueve años, de un musical tan mítico como Grease, te llena de aprendizaje. Además, haber trabajado con este equipo creativo tan bueno, de diez. Tenemos a David Serrano como director, a Tony Espinosa como coreógrafo, a Joan Miquel Pérez como director musical… Es un equipo soñado, y poder estar con ellos día a día y subirte al escenario cada noche sabiendo que tienes un equipo que te arropa también, es algo que me llevo. De Grease me llevo una familia y todo el aprendizaje.
Al final, son muchas horas dentro del teatro…
Entramos siempre una hora y media antes de la función, para calentar, calentamiento físico con el coreógrafo, Tony, y luego calentamiento vocal con el director musical. Luego nos preparamos y nos caracterizamos. Después, la función dura dos horas y cuarenta, por ahí. En total son como cuatro horas. Y los días que hay doblete te tiras aquí casi nueve horas, que yo lo noto sobre todo en el cansancio físico, la voz no tanto, pero es un trabajo de escenario prácticamente todo el tiempo, no paras de moverte. Aunque también, después de 260 funciones, el cuerpo se acostumbra.
¿Qué musical que te encantaría hacer?
Pues yo siempre he sido súper fan del musical de Newsies, me gustaría mucho hacer el prota Jack Kelly, es uno de mis papeles soñados. Y también Gabe, de Next to Normal, que ya se hizo hace unos años en Madrid. Ojalá algún día.
¿Y de los que están ahora en cartelera?
No sé. Matilda se me queda un poco pequeño, ¿no crees? (Risas). La temporada que viene llega Aladdín, Mamma Mia… Yo estoy haciendo castings, al final nos reciclamos, a ver si hay suerte.
Es un buen momento para el musical ahora mismo…
Es un lujo. Vas andando por Madrid y te encuentras ofertas de musicales por todos lados, a mí me parece maravilloso, porque la gente tiene de donde elegir, desde clásicos hasta novedades. Y para nosotros está muy bien también, porque el teatro musical es un círculo cerrado, y así le das trabajo a la gente que trabajamos en esto.
«Mi sueño sería trabajar como actor, pero siempre pudiendo compatibilizarlo con otras cosas»
Para tu edad, te veo con la idea clara de querer seguir trabajando en el teatro musical, ¿cierto?
Sí, pero siempre compatibilizándolo con otras cosas. Yo soy cantante y toco el piano, compongo, me gusta grabarme mis maquetillas, sacar mis discos algún día… También me gusta mucho el mundo audiovisual, la grabación, etc. Intento tocar un poco todos los palos. Creo que, como artista, cuanto más completo seas, más oportunidades tienes de trabajar de todo en la vida. Mi sueño sería trabajar como actor, pero siempre pudiendo compatibilizarlo con otras cosas.
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¿Qué te gustaría decirle al Quique que empezaba hace diez años en el mundo de los musicales?
Si tengo que echar la vista atrás y decirle algo es que hay que aprovechar cada momento y cada oportunidad que te da la vida. Nunca sabes si va a ser la última, y menos en este mundo, que es tan incierto, que un día estás arriba y otro día abajo. Hay que aprovechar cada oportunidad y hacer todo lo que salga: tele, cine, cortos, lo que sea. Cada experiencia te da un aprendizaje. Yo he aprendido algo de cada producción en la que he estado, de gente con la que me he cruzado en distintos proyectos. También le diría que no deje de formarse, porque cuanto más te formes, más oportunidades vas a tener de trabajar en aquello que surja.
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¿Sigue habiendo los nervios del primer día?
Bueno, cada vez menos. Ahora ya hay hasta los nervios de “ya acabamos, vamos a aprovechar la función porque me quedan siete”. Son nervios por querer que salgan bien las funciones que quedan, pero ya no te pones nervioso. Es cierto que siempre está el gusanillo, sobre todo cuando viene alguien a verte. Yo me sigo poniendo nervioso cuando viene alguien a vernos.
Por ejemplo, vino Santiago Segura…
¡Sí! Da mucha ilusión que gente del sector venga a verte, porque luego estuvimos hablando con él, y nos diga que le encantó. Que los profesionales de la industria, que llevan toda la vida trabajando en esto, te feliciten por el trabajo que vienen a ver, es totalmente inspirador.
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¿Eres consciente de que ahora estás ahí arriba, en lo alto de una producción, de protagonista?
Sí. Al final, al subirte todos los días al escenario, acabas sabiendo dónde estás. Pero, sobre todo, dónde estás ahora, porque mañana quizás no estás aquí y estés más abajo, o arriba, no se sabe. Es que aprendí de pequeño y que siempre agradeceré a mis padres y mi familia por haberme inculcado esa manera de verlo. Siempre han estado pendientes de mi formación, he tenido esa suerte y siempre se han volcado conmigo. Ellos siempre me han inculcado que no te puedes creer nadie por estar ahí arriba, porque al día siguiente vas a estar haciendo otra cosa, que no es ni mejor ni peor, es simplemente otra cosa. Trato de disfrutar de cada experiencia y de aprovecharla al máximo.
Aprovecha esta última semana de Grease, el musical en Madrid para disfrutar de Quique González y el resto del elenco hasta el 29 de mayo. Las entradas pueden adquirirse en taquilla y en musicalgrease.es