Sara Montiel fue más que un fenómeno cinematográfico, fue una mujer de bandera y la expresión de la sensualidad. Sedujo sin piedad a los galanes más arrogantes de la época y sus besos fueron siempre apasionados. Fue extravagante y rompedora en plena época del franquismo y la primera española en triunfar en Hollywood.
Durante su carrera demostró su capacidad de sorprender con cada uno de sus estilismos, lograba enamorar a unos y alejar a otros. Derrochaba glamour y sensualidad. Su belleza fue tan espectacular que hasta el Balenciaga le prohibió llevar trajes de chaqueta debido a su clase y a su excesiva feminidad. Tenía un estilo propio y único, «era excesiva en todo». Se proclamó absoluta fan de las joyas y de las pieles y en sus numerosas apariciones públicas siempre lucía grandes esmeraldas, diademas y joyas que brillaban casi tanto como ella, sin faltarle su abrigo de piel, haciendo alarde de su otra gran pasión.
Sara, fue una auténtica diva que vivió cada época con los looks propios de cada momento. Le gustaban los brillos, las lentejuelas, el dorado, el plata y el negro y nos conquistó con su colección de joyas que sorprendió a medio mundo, incluida a una conocidísima actriz Hollywood. Sus joyas marcaron su estilo y su personalidad. Poseía verdaderas maravillas dignas de coleccionista, valoradas en más de 5 millones de euros. Algunas fueron encargadas a casa exclusivas como Cartier, otras diseñadas por maestros joyeros y otras compradas por ella misma en muchos de sus viajes alrededor del mundo. Cabe destacar que algunas de las joyas más importantes de la colección que Sara poseía, formaban parte de regalos del que fuera su primer marido, Anthony Mann.
Si pensamos en cual es la joya más conocida de la actriz, a todos se nos viene a la cabeza el famoso babero de esmeraldas. Creado por un joyero Gallego, con unas espectaculares esmeraldas Brasileñas. Lo lució en numerosas ocasiones coincidiendo con las más importantes de su carrera, como fue la concesión de la medalla de Oro de la Academia del Cine y la entrega de la medalla de Oro del Ateneo de Madrid. La joya era tan espectacular que no dejaba indiferente a nadie, llamando la atención, incluso, de la propia Elizabeth Taylor.
En el recuerdo de todos esta el collar de brillantes o el anillo de esmeraldas, que le regaló su primer marido, del que hacíamos mención anteriormente, y el anillo de brillantes de más de siete quilates por piedra, al que ella bautizó como «el faro” y del que casi nunca solía separarse. Era una de esas joyas que combinaba con otras muchas que solía lucir a diario. Tampoco hay que olvidar la impactante pulsera de Cartier años 20 valorada en mas de 200 mil euros, que solo lució en contadas ocasiones por el ostentoso aderezo de rubíes y brillantes. Incluimos entre sus piezas más importantes la pulsera de peluconas mexicanas o el gran zafiro de Chente.
Sara Montiel, Saritísima… triunfó por todo el mundo siendo catalogada como una de las mujeres más elegantes, consiguió conquistar el mundo por ser indomable, saltó a la fama con El último cuplé, y con La Violetera se convirtió en una de las actrices mejor pagadas del momento y fue un auténtico icono sexual que revolucionó la sociedad de la época y que le ayudó a conseguir todo lo que se propuso.