Tras el fin de las fashion weeks masculinas, comienza la Semana de la Moda de la Alta Costura de París. De hecho, empezó el pasado 1 de julio. La firma encargada de dar el pistoletazo de salida ha sido Schiaparelli. En el desfile, Daniel Roseberry dio sus primeros pasos como director creativo de la casa fundada por Elsa Schiaparelli en 1927.
Roseberry presentó su primera colección otoño-invierno 2019-20 «a medio camino entre la funcionalidad y el sueño» con la idea de reinventar esta casa de moda. La pasarela simulaba un túnel, se podía escuchar las vibraciones y el sonido que provocaba un metro ficticio. En el medio, se situa él, bocetando los diseños en directo en su escritorio. El show tuvo lugar en la rue Cambon, en frente de la icónica sede de Chanel, haciendo referencia a la rivalidad entre Elsa y Coco, ambas fundadoras de dos casas de moda pero opuestas.
Bajo una pequeña lámpara sobre el escritorio en plena pasarela mientras las modelos desfilaban, Daniel Roseberry estuvo presente durante todo el show. Podemos afirmar que, en esta ocasión, no solo fueron protagonistas las prendas presentadas por primera vez sino que u director creativo también fue el blanco de todas las miradas de los allí presentes.
La colección combina dos estilos: el Art Deco y el surrealismo. Además, está inspirada en las esculturas tecno-primitivas de Jack Whitten que rechazan la idea de una feminidad convencional.
Los vestidos surrealistas y teatrales están claramente influenciados por su fundadora, la italiana Elsa Schiaparelli, que colaboró con Salvador Dalí. Pese a que toma referencias de esta colaboración, una gran parte de la colección es funcional y portátil, tomada del guardarropa masculino, como decíamos antes, la idea es romper con la clásica concepción de lo femenino.
Destaca la mezcla del beige con el negro. Pero también los tejidos exóticos tales como el cocodrilo, la iguana y el avestruz. Estos tejidos tan peculiares han dado lugar a diseños espectaculares.
Los protagonistas indiscutibles de la colección han sido los brillos y los volúmenes. Está claro que el strass es la técnica preferida de la mayoría de los diseñadores nupciales. La decoración con piedras preciosas hacen del diseño clásico un destello de glamour y elegancia para la novia. Sobre la pasarela hemos visto tanto vestidos como chaquetas con aplicaciones. El volumen estuvo presente hacia el final del show, siendo combinado en muchos casos con el strass.
En conclusión, todos los looks han sido de ensueño. En ellos, el diseñador ha jugado con proporciones, como por ejemplo en el atrevido vestido de novia envuelto en seda.